El fin de semana medieval de Rubielos, a rebosar

La organización confía en alcanzar los 15.000 visitantes en los tres días de mercado, música y escenas teatrales.

Un cestero muestra su oficio ante la mirada de los viandantes que llenan las calles de Rubielos.
Un cestero muestra su oficio ante la mirada de los viandantes que llenan las calles de Rubielos.
J. Escudero

Un centenar de mercaderes de todo tipo de productos, las órdenes militares, los artesanos en sus talleres callejeros y los miles de visitantes que llegan de Aragón y la Comunidad Valenciana se mezclan durante todo el fin de semana por las atestadas calles del Rubielos de Mora. El monumental casco antiguo de la localidad aporta la ambientación perfecta para conmemorar el fin de semana medieval, que arrancó el pasado viernes y terminará este domingo.

La organización confía en alcanzar, si el buen tiempo acompaña, las cifras de público de las ediciones anteriores, con 15.000 visitantes recorriendo la localidad durante los tres días de celebración, una cifra astronómica en comparación con el censo de residentes: 626 vecinos. La cercanía de la Comunidad Valenciana propicia una afluencia masiva de turistas levantinos, que tienen en la sierra de Gúdar en general y en Rubielos en particular un referente estival.

Las calles del pueblo se llenan de puestos de venta variopintos. Se puede comprar orfebrería, bisutería, artículos de cuero, juguetes de madera y velas aromáticas, entre otros muchos artículos. También es abundante la oferta de alimentos, entre los que figura la repostería casera de las Monjas Agustinas. Los olores de las almendras garrapiñadas se mezclan con los de las especias, la cera perfumada y las plantas aromáticas y curativas.

Varios artesanos hacen demostraciones de su trabajo ante el público. José María Albiol, un cestero de Peñíscola (Castellón), va por su tercer año de participación. Explica que el mercado es muy interesante "por la animación, el ambiente, la población y los muchos visitantes". Mientras manipula esparto, palma y mimbre ante los viandantes, explica que el público le pregunta detalles de su oficio y son muchos a quienes "les recuerda la infancia". Añade con un toque de pesar que "ningún joven se dedica ya a este trabajo".

Los titulares de los puestos suelen repetir año tras año. Pedro Pascual, de Vinaixa (Lérida), va por su segunda edición. Señala que las primeras jornadas del fin de semana medieval han ido "muy bien". Considera que el pueblo, con su aspecto monumental, "acompaña" para el éxito del evento.

Al mercado se suman las recreaciones teatrales, como el capítulo de los monjes templarios que se celebró en la excolegiata. Jorge Civera, canciller de la Asociación de Caballeros Templarios de Rubielos, explicó que cada año nombran a un ‘Templario de Honor’ para premiar a alguien que se distingue por su colaboración con la fiesta. En 2018, por primera vez, el galardón –entregado este sábado– correspondió a una mujer, Carmen Cervera, que inauguró el premio Beguina de Honor por su "entrega" a la organización festiva.

El programa se cerró con el Toro Jubillo, una res brava que recorrió las calles iluminadas solo con tederos. Los actos continuarán este domingo, con el mercadillo, los romances de ciego de Jesús Cuesta y el nombramiento de caballeros. La principal novedad de esta edición es la Jaima de la Asociación ‘La Soga’, que constituye un escaparate del asociacionismo local además de mostrar los aspectos menos conocidos del pueblo.

El alcalde, Ángel Gracia, calificó de "éxito" los dos primeros días de la fiesta, que "está en alza" tanto en público como en implicación vecinal en la decoración y la vestimenta de época.

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