La N-211, eje natural entre Teruel y Madrid, lleva más de 20 años con el mismo asfalto

Los transportistas denuncian falta de obras de mantenimiento en las carreteras de la provincia

Un camión circula por la N-211 a la altura de Monreal del Campo, con el firme lleno de grietas rellenadas con alquitrán.
La N-211, eje natural entre Teruel y Madrid, lleva más de 20 años con el mismo asfalto
Javier Escriche

La carretera Nacional 211 (Alcolea del Pinar-Lérida), muy utilizada por la población de Teruel para viajar a Madrid al ser este el corredor natural de comunicación entre ambas capitales y habida cuenta de que no hay tren al centro de la Península, suma más de 20 años con el mismo firme, a pesar de que la vida media de una capa de asfalto oscila entre los 12 y los 15 años.

En agosto de 2017, el Ministerio de Fomento sacó a licitación por 3,02 millones de euros el arreglo del tramo de 17 kilómetros que va de Monreal del Campo al límite con la provincia de Guadalajara, pero casi un año más tarde el concurso no se ha resuelto todavía. Adjudicadas las obras el pasado mes de abril a una de las 60 empresas que optaron al proyecto, los trámites para formalizar el contrato e iniciar los trabajos no han terminado aún y el firme sigue sin ser sometido a una rehabilitación y deteriorándose día a día.

El aspecto de la N-211 a su paso por la provincia, plagada de grietas cubiertas con alquitrán para evitar que el agua y el hielo hagan males mayores, sorprende a los viajeros. A las múltiples rendijas pintadas de color negro que serpentean por toda la calzada se añaden baches y zonas desgastadas debido al constante paso de coches y camiones durante más de dos décadas en un territorio con crudo invierno.

"Cuanto más se retrase, peor"

El alcalde de Monreal del Campo, Carlos Redón, advierte de que el firme "no está bien y cuanto más tiempo pase estará peor". Señala que el asfalto "se está levantando" y que la solución adoptada por Fomento de rellenar las grietas con alquitrán "no es suficiente". Redón anuncia que tiene previsto solicitar una entrevista con el nuevo subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro, para pedir "información" acerca de cuándo comenzarán las obras para renovar el firme. A su juicio, el reciente cambio de Gobierno podría haber trastocado los planes de mejora de la N-211. "Las obras se iban a iniciar este verano y ahora no sabemos cuándo", indica.

La Asociación de Transportistas de Teruel, con sede en Alcañiz, denuncia que la N-211 es solo "un ejemplo" del mal estado en que se encuentra la red viaria de la provincia, tanto nacional como autonómica, y afirma que existe una "gravísima" falta de mantenimiento de las carreteras turolenses que no se detecta en otros territorios del país. Su presidente, César Soriano, critica que "todas las carreteras están mal, porque no se ha hecho nada en 25 años". En su opinión, justificar la ausencia de proyectos de conservación por la crisis económica "es un error, porque luego el arreglo al cabo de tanto tiempo es mucho más caro".

Soriano afirma que las carreteras de la provincia de Teruel "dan pena", mientras que "si uno viaja por Valencia, Murcia, Cataluña o País Vasco, se da cuenta de que allí los tramos se van arreglando y los firmes están decentes". Agrega que el mal estado que presenta la N-211 de Monreal del Campo al límite con la provincia de Guadalajara afecta negativamente a la seguridad en la conducción. "Con tantos parches, la adherencia del vehículo al firme es menor y obliga al conductor a estar pendiente de la vía en todo momento, con un estrés que resta eficiencia al trabajo", advirtió.

Mejoras pendientes en la A-23

También está pendiente la renovación del firme de la A-23 o Autovía Mudéjar en el tramo de 15 kilómetros comprendido entre las salidas norte de Teruel y Formiche Alto, que se ha deteriorado de forma prematura por el uso de áridos inadecuados para el duro invierno turolense. Cuando se ejecutó la obra, la grava utilizada cumplía los requisitos técnicos, pero con el tiempo se ha constatado que se descompone al reaccionar con la sal utilizada para disolver el hielo, un problema que ya se detectó entre Formiche Alto y Sarrión.

A la descomposición química se añade el intenso tráfico de vehículos pesados en este tramo de la A-23, con cerca de 3.000 camiones al día. La mejora costará 7,6 millones de euros y está previsto que dure 24 meses, según las bases de la licitación. Los trabajos aún no han sido adjudicados a una empresa para su ejecución.

"Es 5 céntimos más caro por km circular por aquí"

Para el presidente de la Asociación de Transportistas de Teruel, César Soriano, en las carreteras de esta provincia hay un peaje oculto. La complicada orografía del terreno, con muchos puertos de montaña, y el endémico mal estado de las vías hacen que circular por ellas sea más costoso económicamente.

"Un transportista de Andalucía, por ejemplo, se ahorra fácilmente 5 céntimos por kilómetro", dice Soriano. "Parece poco dinero, pero no lo es si pensamos que una empresa puede llegar a tener 30 camiones y que cada uno de ellos realiza al año una media de 160.000 kilómetros", asegura.

Más horas de viaje

Según explica, el deterioro del firme de las carreteras turolenses obliga a los conductores a adaptarse a esta circunstancia aminorando la velocidad y alargando el tiempo de viaje, lo que supone un mayor consumo en combustible y, por consiguiente, un mayor gasto. Y no es solo el combustible, sino que también los neumáticos y el vehículo, en general, sufren más desgaste al circular por calzadas en mal estado.

Igualmente, el chófer pierde en comodidad y eficiencia de trabajo, pues no es lo mismo conducir relajado por una carretera recta, llana y en buen estado, que hacerlo por una vía en pendiente, llena de curvas y con el asfalto agrietado –como ocurre en la N-211 desde Monreal del Campo hasta el límite de Guadalajara–, factores estos últimos que obligan al transportista a estar muy pendiente de la calzada.

"Al final, los costes operativos son superiores en la provincia de Teruel, porque cada hora de más que debe circular un vehículo, se traduce en más combustible y más desgaste de ruedas", subraya Soriano.

También la seguridad de los viajeros se ve mermada cuando el firme no reúne buenas condiciones. Como señala Soriano, quien preside, además, la Federación de Transportistas de Aragón, la adherencia de un vehículo a la carretera es menor si el asfalto está desgastado o con baches.

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