Las fachadas del conservatorio serán de color verde y el auditorio se forrará de zinc gris

En los próximos días se entregará el modificado del proyecto que recoge los materiales avalados por la Comisión del Patrimonio y una sala de conciertos de nueva planta.

Simulación infográfica del conservatorio y centro social de San Julián de Teruel.
Simulación infográfica del conservatorio y centro social de San Julián de Teruel.
Alicia Torres

Las nuevas fachadas del conservatorio de música y el centro social de San Julián serán de colores verde y gris, de acuerdo al dictamen aprobado recientemente por la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural a raíz de la consulta formulada por el Ayuntamiento de Teruel. La elección de los materiales y tonalidades del edificio que se levanta en el lugar que ocupó el antiguo Asilo cierra los últimos flecos pendientes del diseño y se incorporará al modificado del proyecto, a punto de entregar por la arquitecta autora, Alicia Torres.

El modificado, además de fijar los materiales y colores de las fachadas posteriores, incorpora un auditorio de nueva planta en sustitución de la antigua capilla, que en principio iba a conservarse como espacio para conciertos pero que no pudo rehabilitarse debido a su grave deterioro. En su lugar, se levantará una nave con fachadas y cubierta de zinc gris. Además, se amplía el aforo –que ronda las 200 plazas– y la superficie del escenario, que crece hasta los 158 metros cuadrados.

Las modificaciones comportarán un encarecimiento que, como máximo, supondrá el 7,5% del presupuesto de adjudicación, de 6,9 millones de euros. La cifra precisa quedará recogida en el modificado, que la arquitecta redactora presentará en los próximos días a la sociedad municipal Urban Teruel S. A., encargada de la ejecución. Los cambios alargarán las obras –en marcha desde julio de 2017– en torno a dos meses, pasando de 18 a 20.

La cara exterior de los muros de los aularios se recubrirá de hormigón reforzado con fibra de vidrio (GRC en las siglas inglesas) en color verde, salvo la fachada principal, de estilo modernista y que se conservará por su interés arquitectónico. El GRC tendrá un diseño modular en relieve similar a un almohadillado cuadrado. Aunque las formas se repetirán en los dos bloques de aulas, la tonalidad del color varía. El mismo material, pero liso, se utilizará en la franja que recubrirá el deambulatorio del auditorio.

La Comisión del Patrimonio valoró positivamente en su última reunión los materiales y colores propuestos por Torres, pero su pronunciamiento definitivo llegará con la valoración del modificado y estará condicionado a una prueba a pie de obra cuando llegue el momento de construir las paredes.

La fachada posterior del centro social, que ocupará el ala oeste del antiguo Asilo, será de construcción tradicional y color crema claro, con la particularidad de que el material de aislamiento estará en la cara exterior del muro. La Comisión del Patrimonio apunta en su respuesta a la consulta municipal la posibilidad de ajardinar las terrazas superiores debido a su gran visibilidad desde los viaductos, una opción en principio descartada puesto que ya se ha valorado en el proyecto el tratamiento de la quinta fachada –la cubierta–.

El arranque de la rehabilitación en 2017 culminó un trámite de seis años desde la presentación del primer proyecto de obras y 15 desde que el Ayuntamiento comprara el viejo geriátrico para su uso cultural. Aunque, inicialmente, se contemplaba un proyecto con un 70% de obra nueva y un 30% de rehabilitación, finalmente todo el edificio será de nueva planta salvo la fachada, el elemento de mayor interés arquitectónico del antiguo Asilo. La capilla original iba a adaptarse como sala de conciertos, pero finalmente también fue demolida por su pésimo estado estructural.

El 22% ejecutado

Las obras avanzan a la espera del modificado y ya se ha certificado en torno a un cuarto del total del presupuesto de adjudicación a la unión temporal de empresas formada por Contratas Vilor y Electrotecnia Monrabal. De los 6,9 millones del importe de contratación –que, con la adecuación del proyecto, podrían incrementarse hasta un 7,5%– se han certificado 1,5, el 22%. La financiación procede, íntegramente, del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE). El principal tropiezo durante la ejecución fue la pérdida de 372.000 euros asignados en 2016 al no ejecutarse en plazo.

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