Dinópolis utiliza el escáner del hospital para estudiar cráneos de dinosaurios

Los investigadores abren una nueva línea científica basada en la paleoneurología.

El director de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, con un cráneo del dinosaurio Proa ante el escáner.
El director de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, con un cráneo del dinosaurio Proa ante el escáner.
HA

El tomógrafo del hospital Obispo Polanco se ha revelado como un equipamiento de gran importancia para avanzar en el conocimiento de la evolución de la vida en la Tierra. Un trabajo de investigación de la Fundación Dinópolis, que aborda una nueva línea científica centrada en la paleoneurología, se sirve de este instrumental hospitalaria para estudiar los cráneos de dinosaurios localizados en el yacimiento de la mina Santa María de Ariño, la más prolífica de las excavadas hasta ahora.

El trabajo, promovido por el paleontólogo francés Fabien Knoll, investigador de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (Araid) en la Fundación Dinópolis, tiene como protagonistas a los restos fósiles craneales del dinosaurio Proa valdearinnoensis, un herbívoro único en el mundo, relacionado con los iguanodones, cuyo rasgo anatómico más singular es su pico, que recuerda a la estructura de la proa de un buque. Los paleontólogos de Dinópolis han escaneado hasta ahora los neurocráneos de tres ejemplares de este peculiar animal prehistórico de 111 millones años de antigüedad. Su objetivo es reconstruir en 3D la cavidad en la que se encontraban los cerebros de los dinosaurios. "Investigamos el neurocráneo, que es la cápsula que protegía al cerebro de estos animales", explicó Knoll. A través de esta tecnología se podrá conocer el desarrollo de los diferentes sentidos de Proa, de manera que sea posible profundizar en algunas de las características más destacables de su olfato, su visión o su forma de caminar.

El abundante material que está aportando la mina de Ariño, en la que se han podido extraer hasta ahora más de 6.000 restos fosilizados de diversos especímenes, es un lujo para los investigadores. Los cráneos de tres ejemplares de Proa, un hallazgo verdaderamente insólito por la escasez de este tipo de fósiles en los yacimientos europeos, proporcionan una mayor relevancia al trabajo de los investigadores al permitir establecer similitudes y diferencias entre animales de una misma especie. "Esto –aseguró el paleontólogo– resulta más complicado cuando solo se localiza un único individuo, porque entonces no se puede apreciar las variaciones que puede haber en la morfología de la cavidad cerebral de un individuo al otro".

A largo plazo

El trabajo, que comenzó en 2015, se desarrolla a largo plazo, por la minuciosidad del procesamiento de datos, pero Knoll confía en poder publicar su informe centrado en el dinosaurio Proa el próximo año en una revista especializada.

El científico francés valora positivamente el resultado que está ofreciendo el escáner del Obispo Polanco, a pesar de que este tipo de instrumental médico no suele ser el más adecuado para abordar estudios paleontológicos, que precisan de tomógrafos de mayor potencia. "Lo empezamos a utilizar porque la Fundación no dispone de un equipo de este tipo y es el más cercano que tenemos en Teruel", aclaró. Tras muchas dudas, porque con fósiles de otros yacimientos no había funcionado como era deseable, el rendimiento obtenido con los restos de Ariño ha sido todo un éxito. "Fue una sorpresa, porque los rayos equis penetran bastante bien en este material, debido tal vez a que el sedimento de la mina de Santa María en el que se han conservado los fósiles es rico en carbón, y por tanto, más blando que otros", precisó.

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