Los pescadores, hartos de rescatar los peces fugados de la Estanca

Miles de ejemplares se escapan del embalse de Alcañiz cada vez que se abren las compuertas para el riego

Peces muertos en un canal a la salida de la Estanca.
Peces muertos en un canal a la salida de la Estanca.
Laura Castel

Los socios de la Sociedad de Pescadores de Alcañiz han manifestado su "hartazgo e indignación" por el trabajo que realizan desde hace más de mes y medio para rescatar (vivos o muertos) a los peces que se escapan del embalse alcañizano de La Estanca cada vez que se abre la compuerta de riego. Aunque es muy complicado contabilizarlos, calculan que en este tiempo han podido liberarse de 20.000 a 40.000 ejemplares. Un fenómeno sorprendente del que tanto la Consejería de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón como la Confederación Hidrográfica del Ebro prácticamente se han desentendido y son los pescadores los únicos que actúan para evitar que se escapen y fallezcan decenas de miles de peces.

Tanto la DGA como la CHE se han limitado a decir que están "estudiando la situación", mientras el problema se repite cada vez que se abren las compuertas. Además, han dejado claro a los pescadores que en ningún caso van a invertir dinero, algo necesario si de verdad se quiere poner en práctica una medida eficaz. Por el momento, lo único claro es que son los miembros de la Sociedad los que están invirtiendo horas de su tiempo libre y mucho esfuerzo para evitar la fuga. Ya se han planteado colocar una red de contención, una medida que paliaría temporalmente el problema pero que deberán costear económicamente con sus fondos. "Llevamos mes y medio trabajando restando horas a nuestra vida personal y profesional, y para colmo las administraciones que deberían hacerse cargo nos dicen que no podrán dinero y que nos encarguemos nosotros", comenta Fernando Bosque, miembro de la junta de la Asociación.

Más allá del esfuerzo personal de los pescadores, este problema conlleva que el agua que sale de La Estanca para el riego de Alcañiz esté sucia por los peces muertos. "¿Es esa agua la que queremos que llegue a nuestras huertas?", se pregunta Bosque.

Esta situación se debe a que los peces buscan la salida del tubo de agua de riego como refugio porque la temperatura es idónea y cuando se abre salen a la acequia. Además, coincide en que este año la demanda de agua es mayor a causa de la sequía y se está regando muy cerca de la época invernal.

En la reja ubicada al otro lado de donde sale el agua no se puede actuar porque se sitúa a dos o tres metros de profundidad, por lo que a principios de diciembre se acordó regular el caudal de entrada a la acequia desde la Estanca para generar una corriente. Esto sería detectado por los peces e impediría que los peces pasarán a la acequia de riego. No obstante, los pescadores tienen que estar pendientes cada vez que se abre la compuerta, unos 15 días, para rescatar los animales que igualmente se escapan a pesar de la medida

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