Los dos procesados por la muerte a golpes de un vecino de Fuentes Claras dicen ser inocentes

El marido de la asistenta de la víctima y el chófer del coche en el que llegaron a la casa los ladrones se enfrentan a penas de 32 años de cárcel

El Fatmi Chafnaje, uno de los acusados, a su llegada a la Audiencia de Teruel, donde está siendo juzgado
Los dos procesados por la muerte a golpes de un vecino de Fuentes Claras dicen ser inocentes
Jorge Escudero

Los dos hombres que desde este lunes están siendo juzgados en la Audiencia Provincial de Teruel por un Jurado Popular como presuntos autores de la muerte de Luis Esteban, el vecino de Fuentes Claras que regentaba una tienda de comestibles y cuyo cadáver fue hallado en su casa en febrero de 2015 maniatado y con golpes tras haber sido víctima de un robo, declaran ser inocentes de los hechos que se les atribuyen y por los que se enfrentan a penas de entre 22 y 32 años de prisión.

«No tuve nada que ver; soy totalmente inocente», gritó ayer en la calle uno de ellos, El Fatmi Chafnaje –marido de la asistenta que cuidó a la anciana madre de Luis Esteban–, nada más bajar del coche policial en el que llegó esposado al Palacio de Justicia. En su declaración afirmó que «nunca» preguntó a su esposa si la víctima guardaba dinero en casa. Negó, además, haber planeado con los otros tres procesados –todos de origen marroquí, residentes en Zaragoza y vinculados por la compra-venta de chatarra– el robo de los 200.000 euros que Esteban guardaba en una caja fuerte, un delito que degeneró en homicidio al ser sorprendidos in fraganti los ladrones por la víctima cuando esta volvía de una noche de fiesta.

También Rachid Lioumouri, el otro hombre que se sienta en el banquillo de los acusados, ha proclamado su inocencia. Explicó que su única participación en los hechos fue conducir el coche en el que otros dos investigados –huidos ahora a Marruecos y bajo orden internacional de detención– viajaron desde Zaragoza a Fuentes Claras para perpetrar el robo. Lioumouri dijo que creyó en todo momento que el objetivo del desplazamiento era robar marihuana en una casa deshabitada.

Sin embargo, tanto el fiscal como el abogado de la acusación particular –ejercida por la hermana del fallecido–, Clemente Peribáñez, mantienen que existen pruebas para incriminar a Chafnaje y Lioumouri, entre ellas, la veintena de llamadas a través de teléfonos móviles que –sostienen– se produjeron entre ambos y con otro de los investigados, Fadil El Asnaoui, la noche en que murió Esteban. «Si no creyéramos que podemos probar su responsabilidad, ahora habría una conformidad», dijo Peribáñez.

La abogada que defiende al esposo de la asistenta de Esteban, María Jesús Azuara, señaló que no se puede acusar a su representado de haber informado a otras personas de la existencia de una caja fuerte en la casa del comerciante porque este era «muy hablador» y «todo el mundo sabía que guardaba el dinero en su casa».

La letrada que representa al chófer del coche en el que se desplazaron a Fuentes Claras los autores del robo, Ana Herrando, afirmó que los supuestos autores materiales del crimen no están siendo juzgados y mostró su extrañeza por ello, «cuando se sabe que están en Tánger y Beni Melal (Marruecos) y que incluso tienen perfil en facebook».

«Luis era confiado, pero no tonto»

Varios testigos que pasaron ayer tarde por la sala de vistas –repleta de familiares, amigos y vecinos– cuestionaron que en Fuentes Claras fuera ‘vox populi’ que Luis Esteban guardase en una caja fuerte en la bodega sus ahorros. «Luis era confiado, pero no tonto», declaró Miguel Garcés, uno de los dos amigos que acompañaron a la víctima hasta su casa la noche de su muerte, el 22 de febrero de 2015, tras haber estado con él de fiesta por la comarca. «Si uno no conoce bien la casa, no es fácil encontrar la bodega en la que estaba el dinero», afirmó. Su hermano, José Garcés, amigo asimismo del fallecido «de toda la vida» y también compañero de fiesta aquella noche, afirmó que ni él mismo sabía que a la casa de Esteban se podía acceder por el tejado desde una vivienda contigua, lugar por el que entraron los ladrones.

Una vecina, también de origen marroquí, definió a Esteban como una persona «buena, cariñosa y pendiente de todo el mundo». La mujer declaró haber visto cómo el día del funeral El Fatmi Chafnaje abandonaba la localidad en su coche por un camino rural. No obstante, el inculpado afirmó que ese día se fue a Albacete en busca de trabajo y de allí a Marruecos para cumplimentar el acta de nacimiento de su hija hasta que, finalmente, regresó a la localidad turolense

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