Las instituciones retoman el proyecto para construir un museo de la batalla de Teruel

El Ayuntamiento incluye en el presupuesto de 2017 una partida de 50.000 euros para actualizar la iniciativa, que surgió en 2009 y tiene el apoyo de la DGA y la DPT.

Trincheras de la Guerra Civil en Sarrión, uno de los recursos que quiere aprovechar el museo.
Las instituciones retoman el proyecto para construir un museo de la batalla de Teruel
A. G./bykofoto

El Ayuntamiento de Teruel, la DGA y la Diputación Provincial se muestran receptivos a recuperar el proyecto redactado en 2009 para construir un museo sobre la batalla de Teruel, librada entre finales de 1937 y principios de 1938 y que fue una de las más decisivas de la Guerra Civil.


La iniciativa parte de un grupo de trabajo ciudadano formado por historiadores, museólogos y la Federación de Asociaciones de Vecinos. Este equipo independiente ha mantenido contactos con las tres administraciones implicadas en busca de apoyos para poner al día y ejecutar la propuesta museística elaborada por la Universidad de Barcelona (UB) hace ocho años por encargo de la Dirección General del Patrimonio, que preveía una instalación de 1.000 metros cuadrados con una inversión de 2,5 millones de euros. La idea tropezó con el estallido de la crisis y las dudas institucionales y ha estado aparcada hasta hoy.


El Consistorio turolense ha sido el primero en mover ficha al incluir en el presupuesto de 2017 una partida de 50.000 euros para actualizar el proyecto de 2009. La alcaldesa, la popular Emma Buj, apuesta por huir de polémicas en cuanto a los contenidos del establecimiento para que sea viable y consensuado. Apunta como posible emplazamiento al barrio de San Julián, donde el Ayuntamiento es titular de suelo utilizable, lo que abarataría el coste. La inclusión de la partida fue aceptada por el PP tras contar con el consenso previo del resto de grupos: PSOE, Ganar Teruel, PAR, Ciudadanos y CHA.


Uno de los expertos que participa a título personal en el grupo de trabajo ciudadano, el director del Museo Provincial, Jaime Vicente Redón, explicó que se han mantenido contactos con el equipo redactor del proyecto –del Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales de la UB–, que se ha mostrado "encantado" de retomar la idea y actualizar el documento. Aclaró que "a ningún museólogo le gusta que su propuesta termine en un cajón", como ocurrió con el proyecto de la batalla de Teruel.

Costes más reducidos

Jaime Vicente Redón adelantó que los costes del ‘Memorial por la paz. Guerra Civil. Batalla de Teruel’ podrían reducirse notablemente respecto a 2009, porque la evaporación de la burbuja inmobiliaria ha rebajado los precios de la construcción. Los contenidos tecnológicos previstos, que eran entonces muy costosos, se han popularizado y abaratado con el paso de los años. Vicente Redón apuntó la posibilidad de aprovechar la reducción de costes para incrementar las dimensiones del museo con el mismo presupuesto, que estará condicionado por el emplazamiento elegido.


Jaime Vicente Redón considera que la propuesta de 2009 es viable y mantiene su vigencia museística. Añadió que los contenidos dan una importancia capital al sufrimiento de la población civil y abordan, además de los aspectos bélicos de la batalla, el drama de los exiliados y el contexto internacional. El grupo de trabajo ha contactado con todos los grupos municipales del Ayuntamiento, con la alcaldesa, con el equipo de gobierno de la Diputación Provincial y con los consejeros de la DGA José Luis Soro y Mayte Pérez. En todos los casos la respuesta ha sido positiva.

Vicente señaló que el museo de la batalla de Teruel puede ser un dinamizador del turismo local y provincial porque su actividad se podría vincular a "antenas" que aprovecharían vestigios de la Guerra Civil y la posguerra dispersos como los refugios de Alcañiz, el aeródromo de Mas de las Matas, las trincheras de Sarrión o el campamento maquis de Tormón. La sede capitalina, además de contenidos expositivos, podría organizar congresos, jornadas y promover publicaciones.


El proyecto organizaba los contenidos en dos grandes apartados: la Guerra Civil y la batalla de Teruel. Cada uno de ellos se desarrollaba en ocho módulos con forma de vagón de tren en los que había réplicas a tamaño natural y piezas originales de equipos bélicos y documentos. Uno de los principales reclamos previstos es un audiovisual que reproduce las duras condiciones soportadas por los civiles durante el asedio de la ciudad.

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