Dinópolis lleva a decenas de aficionados a un safari paleontológico por el entorno de Teruel

Decenas de personas recorrieron ayer, de la mano de expertos, la extinta sabana turolense, un paisaje poblado hace 9 millones de años por animales mamíferos similares a los que hoy viven en Kenia o Tanzania y cuyas huellas geológicas se conservan a tan solo 300 metros del casco urbano de la ciudad de Teruel.

Pese a la fina pero constante lluvia que cayó durante toda la mañana, la actividad, organizada por la Fundación Dinópolis, la Universidad de Zaragoza y el Instituto de Estudios Turolenses, atrajo hasta la zona de los Mansuetos –por donde discurrió la excursión– a un nutrido grupo de aficionados a la geología y la paleontología de todas las edades.

"Tenemos a un paso de Teruel puntos geológicos de importancia mundial, con yacimientos de fósiles de fauna de vertebrados únicos en nuestro Planeta; no podemos vivir a espaldas de ellos", destacó el director de la Fundación Dinópolis, Luis Alcalá, uno de los cuatro científicos encargados de conducir la expedición.

La idea de mostrar a la población la riqueza geológica y paleontológica del territorio nació en Teruel en 2005. Bautizada como ‘Geolodía’, la iniciativa se ha extendido por el territorio nacional y ahora se celebra en todas las provincias bajo los auspicios de la Sociedad Geológica de España. De hecho, se ha convertido en uno de los eventos más populares vinculados a la ciencia que estudia la formación de la Tierra. En la provincia de Teruel, la jornada ha venido desarrollándose en localidades como Aliaga, Montoro de Mezquita o Riodeva, si bien ayer fue la primera vez que tenía lugar en la capital.

El Turoliense

Entre las peculiaridades que los asistentes pudieron conocer se encontraban los estratos del Turoliense, una división geológica que toma el nombre de Teruel y que es utilizada mundialmente para referirse al intervalo temporal de 8,7 a 5,3 millones de años en los sedimentos continentales de ámbito mediterráneo. La importancia de los fósiles hallados en este lugar, que permiten describir animales que hoy son propios de África, como elefantes, hipopótamos o grandes felinos, ha hecho que Teruel dé nombre a una etapa geológica.

Ríos y lagos poco profundos definirían el paisaje de Teruel en aquella época, en la que ya hacía mucho tiempo –60 millones de años– que se habían extinguido los famosos dinosaurios terrestres, "que no los aéreos, pues las aves actuales, incluso un pollo, son dinosaurios", aclaró Alcalá.

Como explicó poco más tarde el geólogo Luis Mampel, las arcillas rojas, la tierra blanca y las rocas areniscas, calizas y conglomeradas que los excursionistas veían a su paso, son vestigios de aquel territorio que ahora se antoja tan exótico.Un viaje en el tiempo

"Es un viaje en el tiempo que nos ayuda a descubrir nuevas claves para interpretar el paisaje del entorno de Teruel", subrayó Luis Alcalá, quien calificó de "valientes" a los asistentes, especialmente a los niños, por no haberse echado atrás debido a la lluvia. "El trabajo de paleontólogo es muy duro –explicó–. Hoy llueve, pero otros días hace mucho calor y por ello no hay que dejar de trabajar".

La excursión dominical fue gratuita e incluía un concurso de fotografía en el que los autores de las dos mejores imágenes captadas ese día serán premiados con dos entradas para el parque paleontológico de Dinópolis cada uno. Cámara en mano y bien protegidos con chubasqueros, paraguas y botas de montaña, los asistentes no dejaron de disparar para captar los mejores momentos. Uno de ellos fue la visión de la ciudad de Teruel desde el punto más alto de los mansuetos.