Un estudio aboga por demoler azudes y la presa de Los Toranes para mejorar el Mijares

El informe, redactado por encargo de la Comarca de Gúdar-Javalambre, insta a frenar el vertido de sal de los secaderos de jamón y mejorar la depuración de aguas residuales.

El río Mijares y una de las centrales hidroeléctricas que lo explotan a su paso por Olba.
El río Mijares, a su paso por Olba.
Jorge Escudero

El río Mijares sufre entre el paraje de Bavor y el límite con la provincia de Castellón una excesiva alteración de su caudal natural y de sus procesos de sedimentación debido, principalmente, a la manipulación derivada del aprovechamiento hidroeléctrico. El ‘Planteamiento de actuaciones de mejora en el río Mijares’, redactado por el Centro Ibérico de Restauración Fluvial por encargo de la Comarca de Gúdar-Javalambre, propone para devolver al río su funcionamiento hidrológico normal medidas como la demolición de los azudes de riego que respondan a concesiones caducadas y también la eliminación de la presa de Los Toranes, un pantano de 0,5 hectómetros cúbicos aprovechado para la producción eléctrica situado en Albentosa y cuya concesión ya terminó.

El estudio, elaborado por un extenso equipo de biólogos, ingenieros y geógrafos, aboga también por mejorar el sistema de depuración de aguas residuales de la cuenca y por la introducción de filtros verdes. Tras recordar el episodio vivido el 6 de agosto de 2017 cuando el vertido de un producto fitosanitario provocó la mortandad de la fauna fluvial en un tramo de 5,3 kilómetros, aclara que «hay diferentes fuentes contaminantes», entre las que cita el «funcionamiento heterogéneo de las depuradoras» y el aporte de lodos de desembalses. Destaca también «la problemática de las sales procedentes de los secaderos de jamones», una industria muy presente en la cuenca del Mijares.

‘Planteamiento de actuaciones’ analiza el Mijares desde Valbona a la provincia de Castellón en tres tramos: Valbona-Bavor, Bavor-Fonseca y Fonseca-Olba. Los sectores que presentan una peor situación por la alteración del régimen natural de caudales, inundaciones y sedimentación son los comprendidos entre Bavor y Olba, con un estado «deficiente». La calidad de las riberas y del cauce empeora a medida que se avanza hacia el mar, aunque no llegan a alcanzar la alteración del caudal.

El informe hace especial incidencia en la afección derivada de la presencia de tres centrales hidroeléctricas entre Valbona y Olba: Las Casas, Los Villanuevas y Los Cantos. Señala que este intenso aprovechamiento «genera ruptura de la continuidad y alteraciones hidrológicas con graves consecuencias hidromorfológicas y biológicas». Esta sobrexplotación, con las derivaciones de caudales que comporta, provoca «perdida de biodiversidad, concentración de contaminantes y degradación de la calidad de las aguas». Entre las propuestas de actuación, figura la «revisión de concesiones hidroeléctricas» para su clausura en caso de prescripción. El estudio alerta de la «multitud de obstáculos» del cauce entre vados, azuces, puentes y presas.

Aunque no cuestiona que las eléctricas respeten el caudal ecológico, defiende la necesidad de revisarlo al alza de acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Júcar y de mejorar los sistemas de control para su cumplimiento.

El estudio propone no retirar la madera muerta que cae al cauce para favorecer la vida piscícola, salvo que exista «una clara evidencia» de que aumenta el riesgo de inundación o daños. También plantea eliminar cañares ribereños y sustituir especies vegetales «invasoras» por las autóctonas.

El trabajo señala, no obstante, «la apreciable calidad de las riberas del Mijares, que cuentan con una buena continuidad y un estado próximo al natural en muchos tramos» e insta a poner en marcha proyectos de restauración –en particular en 16 puntos de interés– con financiación del plan europeo Life y un «acuerdo de custodia» que comprometa a todos los sectores en la conservación del río.


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