Las campanas tocaron 'a rebato' en las iglesias de todos los pueblos turolenses

Las torres de los campanarios de las iglesias de la provincia tocaron al unísono a las once de la mañana cuando arrancaba la protesta que ha congregado a 40.000 personas en Zaragoza.

Suenan las campanas de la iglesia de San Pedro de Teruel
Suenan las campanas de la iglesia de San Pedro de Teruel

El momento más emotivo de la intensa jornada reivindicativa de ayer lo vivió Teruel a las once de la mañana, coincidiendo con la manifestación en Zaragoza. Como apoyo a la movilización, las torres de todas las iglesias de la provincia voltearon sus campanas en un sonido único, que se escuchó desde la lejanía y que hizo concentrarse ante las puertas de los templos a los vecinos que no pudieron desplazarse hasta la capital aragonesa. El obispo de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez Cantero, ya pidió hace una semana en una carta a todos las iglesias de su Diócesis tocar a rebato, si bien el tradicional llamamiento de alerta ante un peligro con que se designa este concepto quedó transformado ayer en un sonido de esperanza.En la ciudad de Teruel, las campanas de sus iglesias repicaron al unísono durante cinco minutos. Ante las puertas de la catedral un centenar de personas, entre ellas el propio obispo, escucharon en silencio el sonido jovial procedente de la torre mudéjar. Nadie quedó indiferente ante esta muestra sonora que se rubricó con un largo aplauso. En algunos barrios, como San Julián, grupos de vecinos se unieron a las protestas a los pies de sus templos. Lo mismo que en todos los pueblos de la provincia, en los que el tañido de las campanas logró reunir en las plazas a los escasos habitantes que se resisten a abandonar sus localidades.

Los jóvenes voltean las campanas de la iglesia de Miravete. J. L

Uno de los actos más emocionantes se desarrolló en Miravete de la Sierra, el primer pueblo en hacer sonar sus campanas, por ser este el lugar en que surgió hace cuarenta año el eslogan ‘Salvemos Teruel’.

Fue durante unas jornadas reivindicativas en las que ya por entonces se denunciaba la sangría poblacional que estaba sufriendo Teruel como consecuencia de la emigración. El tañido lo protagonizó un grupo de seis jóvenes con raíces en Miravete, quienes voltearon a mano las piezas metálicas a las once menos cuarto. "Han sonado durante un cuarto de hora", aclaraba el alcalde, José Listo, quien admitía haber recordado esa jornada histórica en la que surgió el movimiento reivindicativo y en la que participó con 18 años. "Ha sido una llamada de desesperación con la que esperamos llegar a tiempo para evitar que nuestros pueblos, al menos, no desaparezcan", reconocía.

Al final de la tarde regresaron los cuatro autobuses que partieron a Zaragoza desde la ciudad de Teruel. Dentro, las pancartas enrolladas, pero la autoestima "por las nubes", como explicaba el presidente de la Federación de Vecinos San Fernando, Pepe Polo.

Las campanas de San Pedro de Teruel suenan al unísono con las de todos los municipios de lsa provincia.

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