Un vecino de Mora de Rubielos muere tras ser embestido por una vaca en un encierro festivo

Manuel Gil, de 65 años, recibió un fuerte golpe en el abdomen y falleció cuando iba a ser intervenido de las lesiones en el Obispo Polanco.

El alcalde de Mora de Rubielos,  Hugo Arquímedes Ríos, en el lugar donde embistió mortalmente una vaca a Manuel Gil, vecino de la localidad turolense.
El alcalde de Mora de Rubielos, Hugo Arquímedes Ríos, en el lugar donde embistió mortalmente una vaca a Manuel Gil, vecino de la localidad turolense.
Jorge Escudero

Las fiestas mayores de Mora de Rubielos han tenido este fin de semana un sabor amargo. Un vecino de la localidad, Manuel Gil López, de 65 años, falleció a las 21.30 del viernes en el hospital Obispo Polanco de Teruel, donde iba a ser intervenido de urgencia de las lesiones que unas dos horas antes le había producido la embestida de una vaquilla durante el encierro celebrado en la plaza del Ayuntamiento del municipio.

Según relató este sábado el alcalde de Mora de Rubielos, Hugo Arquímedes Ríos, Manuel se encontraba en el ruedo, junto a la barrera de seguridad formada por barrotes verticales que permiten salir y entrar en cualquier momento, cuando se vio sorprendido por una vaca que le propinó un fuerte golpe en la zona del abdomen. El hombre cayó al suelo y el astado volvió a embestirle. Trasladado en ambulancia al hospital de Teruel, a 41 kilómetros de distancia, nada se pudo hacer por salvar su vida.

El regidor explicó que, al parecer, la víctima se habría despistado mirando el reloj situado en la parte superior de la fachada del Ayuntamiento, justo enfrente de donde se encontraba. Según relataron testigos presenciales, el animal acababa de enfilar hacia una bocacalle de la plaza, por lo que Manuel, como otros participantes en el encierro, se relajaron. Sin embargo, la vaquilla dio media vuelta repentinamente y regresó, pillando desprevenido al hombre.

Hugo Arquímedes Ríos consideró que el hecho de que Manuel Gil tomara medicación anticoagulante pudo contribuir al fatal desenlace. Fuentes próximas a la investigación policial abierta para determinar las circunstancias que rodearon el suceso explicaron que la víctima tenía destrozado el hígado a causa del golpe –no hubo heridas por asta–, lo que le produjo una hemorragia interna.

El alcalde señaló que la vaca, de la ganadería La Paloma, de Alicante, pesaría de 300 a 350 kilos. Llevaba los cuernos 'afeitados' –rebajados para disminuir el riesgo– con el fin de evitar que hiciera daño con ellos y lo que llamó a todos la atención es que era un animal "muy rápido".

Manuel Gil vivía solo. Era muy apreciado en la localidad, donde había vivido toda la vida, y su muerte ha causado una gran conmoción entre los vecinos. "Se llevaba bien con todo el mundo; era una persona muy querida y ha sido una gran desgracia", lamentaba uno de los varios jubilados que había en el parque de la entrada del pueblo.

El accidente ocurrió a las 19.30 del viernes. El Ayuntamiento suspendió todos los actos festivos programados para el resto del día. Este sábado por la mañana, en señal de duelo, la Corporación Municipal guardó un minuto de silencio a las puertas del Consistorio. Por la tarde, hubo otro minuto de silencio previo al inicio del nuevo encierro taurino. El funeral, multitudinario, tuvo lugar a las 19.00 en la Excolegiata de Santa María la Mayor. 

"Cumplimos las medidas de seguridad"

El alcalde de Mora de Rubielos, Hugo Arquímedes Ríos, destaca que el Ayuntamiento cumple "con todas las medidas de seguridad" que se exigen para celebrar un encierro de vaquillas en el Casco Histórico de la localidad. Resalta, entre otras, la doble barrera por todo el recorrido y la contratación de un director de lidia que vigila la evolución del astado y retira al animal con la mayor rapidez posible cuando se produce una cogida. De hecho, el de Manuel Gil López no fue este sábado el único accidente registrado en el encierro de Mora de Rubielos, puesto que otra persona sufrió una cogida por una vaca.

"Dentro del recinto donde se sueltan las vacas, la responsabilidad ya es de cada uno", afirma Ríos.

El regidor subraya la gran tradición de suelta de toros y vaquillas que existe en el municipio y cómo el fallecimiento de Manuel Gil por la embestida de un astado ha sido el primero de este tipo de sucesos en la historia de la localidad. "Ha habido cogidas, pero nunca antes había muerto alguien por este motivo", afirma.  "El primer toro embolado –con bolas de fuego sobre la cerviz– que corrió por las calles de Mora data de 1600, con Carlos III", explica Ríos. "Son más de cuatro siglos de tradición; la costumbre está muy arraigada".

Otros sucesos durante festejos populares

En este verano, sin embargo, se han producido otros sucesos con daños personales durante festejos populares. En julio pasado, un joven de Teruel resultó herido de gravedad al sufrir la cornada de una vaca en el pecho. El accidente se produjo en el coso taurino, durante el concurso de recortadores con anillas en el que participaba,  en el marco de las Fiestas del Ángel.

También en las fiestas de Teruel de julio, el acto más tradicional, la suelta de toros ensogados por las calles del Centro Histórico, se vio empañado por la cogida que sufrió una mujer de mediana edad cuando presenciaba el espectáculo. La víctima, vecina de la ciudad, fue embestida por uno de los astados que al entrar en la plaza del Torico desde la calle Amantes giró sorpresivamente hacia la derecha, justo en el punto en que se encontraba la mujer, a la que el animal pilló despistada.

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