La fachada del Museo será restaurada 30 años después de su última intervención

El paso del tiempo y la contaminación han deteriorado y ennegrecido los sillares.

El Museo Provincial es uno de los edificios más visitados de la capital.
El Museo Provincial es uno de los edificios más visitados de la capital.
Antonio García/Bykofoto

La fachada del Museo Provincial, uno de los monumentos más visitados de Teruel, será objeto de una profunda restauración que permitirá devolver al edificio su tono original y eliminar las grietas y pérdidas de material que sufre.

La Diputación turolense, titular del inmueble, invertirá 183.000 euros procedentes del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) en esta intervención, la primera de envergadura que se acomete después de la última que se llevó a cabo, hace más de treinta años.

Los trabajos de conservación y restauración se ciñen a la fachada principal, un muro de 12 metros de altura construido en el siglo XVI con piedra caliza procedente de una cantera del paraje de la Piedra  del Macho. Los diferentes usos que tuvo el edificio, gestado como sede de la Casa de la Comunidad, así como los agentes atmosféricos, han provocado daños en la piedra y los elementos metálicos que deforman la imagen del monumento, situado en una de las plazas más céntricas de la capital.

Ciertos acontecimientos históricos también hicieron mella en la fachada, típica de los palacios renacentistas aragoneses. Algunos de sus elementos más significativos, como la logia y la cornisa, quedaron prácticamente destruidos por los impactos de los proyectiles durante la Guerra Civil.

La Diputación ha sacado a licitación los trabajos de restauración, con un plazo de recepción de ofertas que termina el día 16 de octubre. El diputado delegado del Museo, Juan Carlos Gracia Suso, aclaró que se ha solicitado una prórroga al Gobierno de Aragón para alargar el tiempo de ejecución de la obra, que inicialmente debía concluir en noviembre. La intervención se prolongará durante cuatro meses, tiempo en el que la fachada permanecerá cubierta por un andamio.

El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985, tras haber sido adquirido por la Diputación y procedido a su rehabilitación. Desde entonces no se han introducido cambios significativos.

Tratamientos

En la intervención se utilizarán diferentes tratamientos con aire comprimido y agua para sanear el muro, ennegrecida por la contaminación a causa del tráfico rodado. Igualmente se hará uso de sistemas de limpieza con láser para eliminar los depósitos adheridos a los sillares y se llevará a cabo el sellado de grietas y fisuras.

Con la actuación, se pretende una reintegración del volumen de los morteros y de pérdida de materiales selectiva  y respetuosa con los elementos originales, pero también que las acciones llevadas a cabo perduren en el tiempo.

Además de un tratamiento contra los ataques biológicos de líquenes o musgos, el proyecto contempla también una intervención en los materiales metálicos de la fachada. La forja de los balcones y rejas, el chapado del portón y el bronce de las letras del dintel serán objeto de un proceso de saneamiento para eliminar la suciedad y oxidación acumuladas. La restauración se completará con la aplicación de un sistema de protección.

Para Juan Carlos Gracia, las diferentes acciones planificadas supondrán un cambio evidente en la imagen exterior del Museo. "Los ciudadanos –advertía– notarán seguro la transformación de la fachada".

El diputado explicó que la plaza de la Marquesa, donde se sitúa el edificio, registra un importante volumen de tráfico, lo que contribuye al deterioro de la piedra. Y agregó que confía en que el Ayuntamiento contribuya sin mucho tardar a la mejora de este espacio urbano, degradado por la presencia de un edificio en ruinas.

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