Antonio Pérez: "El Mudéjar es un recurso turístico para ser visitado todo el año"

Antonio Pérez, arquitecto, redactó hace 30 años la petición que convirtió al Mudéjar de Teruel en Patrimonio de la Humanidad y dio pie a la restauración de las cuatro torres.

Antonio Pérez, junto a la torre de San Pedro, cuyo interior se puede visitar.
Antonio Pérez: "El Mudéjar es un recurso turístico para ser visitado todo el año"
Jorge Escudero

Treinta años ya de la declaración del Mudéjar de Teruel como Patrimonio de la Humanidad, una iniciativa en la que participó preparando la solicitud.


La idea fue del arquitecto Antonio Almagro, que trabajaba en el Ministerio de Cultura. Él me encargó que hiciera la solicitud y yo compartí esa responsabilidad con un compañero, José María Sanz. En 1986 la petición fue aceptada. Nuestro mudéjar fue el primero de Aragón en ser considerado patrimonio mundial.


¿Valió la pena proteger estos edificios levantados entre los siglos XIII y XIV por cristianos y musulmanes durante su convivencia?


Supuso el inicio de su restauración, en cuyos proyectos participé. La Torre del Salvador lleva 25 años restaurada. También se actuó en la de San Martín y en la de San Pedro. En la Torre de la Catedral está previsto intervenir. El final de este proyecto se vislumbra.


¿Y cómo andamos de mantenimiento?, porque alguno de los 15.000 azulejos de El Salvador, empiezan a caerse.


Las torres siempre han necesitado y necesitan mantenimiento. Están hechas de arcilla, yeso y azulejería, materiales pobres aunque con un resultado muy bueno. Se requieren inspecciones periódicas y pequeñas reparaciones. Al restaurar El Salvador vimos que a lo largo de la historia se repusieron azulejos en los siglos XV, XVII, XVIII y XX.


¿Llegó a peligrar la integridad de estos edificios en algún momento de la historia?


En 1911 se habían declarado monumentos nacionales las torres del Salvador y San Martín y en 1931, la iglesia de San Pedro y la Catedral con su techumbre. Ello trajo consigo reparaciones en los edificios. Pero a partir de entonces hubo una época en la que estuvieron muy mal cuidados.


No hubo un Whasington Irving como lo hubo en La Alhambra para contar historias románticas de moros y cristianos que hicieran volver las miradas hacia el mudéjar.


Un Irving, no, pero sí ha habido gente que se ha ocupado de difundir el mudéjar y protegerlo. El profesor y pintor Ángel Novella fue uno de ellos, fue el gran defensor del Mudéjar en los años 60 y 70 del siglo pasado, una época muy perniciosa para el patrimonio de Teruel. Se perdió el palacio que había junto a la iglesia de San Miguel y el mercado de 1928 y a punto estuvieron de desaparecer las escuelas del Arrabal, hoy Archivo Provincial. El llamado desarrollismo fue terrible.


¿Qué es lo que más le seduce del estilo arquitectónico mudéjar?


Nací en la plaza del Torico de Teruel y crecí entre las torres mudéjares. Tener después la oportunidad de estudiar arquitectura me hizo ver que en Teruel hay edificios dignos de ser conservados.


El Mudéjar se ha convertido en uno de los pilares del turismo en Teruel. Estará satisfecho de su contribución a la recuperación.


Por supuesto. Además creo que es un recurso permanente, para ser visitado todo el año, y no temporal como puedan ser Dinópolis o la fiesta de las Bodas de Isabel.


¿Veremos abierta al público la Torre de San Martín, restaurada hace ya años?


Espero que sí. Habría que revisar ahora su interior.


Empiezan a valorarse en Teruel los edificios modernistas de principios del siglo XX. ¿Algún día serán también Patrimonio de la Humanidad?.


Tenemos el mejor modernismo de Aragón gracias a Pau Monguió, discípulo de Luis Doménech, pero el ámbito del modernismo es mucho más amplio, supera a Teruel. En esta ciudad merecen la pena el mudéjar, el modernismo y la arquitectura de posguerra. La muralla también es interesante.

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