De Madrid a Zaragoza para participar en la Jorgeada y llegar a Huesca en su cumpleaños

Cerca de 900 personas han tomado parte en la 23ª edición de la marcha que organiza Os Andarines d' Aragón el 23 de abril y que recorre de madrugada los 80 kilómetros que hay entre ambas capitales. 

Un representante de Os Andarines, con ayuda de un jardinero del Ayuntamiento de Huesca, plantando una carrasca en el cerro.
Un representante de Os Andarines, con ayuda de un jardinero del Ayuntamiento de Huesca, plantando una carrasca en el cerro.
Heraldo.es

Fueron 360 los que salieron de Zaragoza el lunes por la noche, y muchos más, cerca de 900,  los que este martes 23 de abril, festividad de San Jorge y Día de Aragón, han llegado a Huesca tras realizar una marcha que, si hace completa, tiene 80 kilómetros. Los caminantes también pueden incorporarse en Zuera (50 km) o en Almudévar (25 km). Igualmente, pueden retirarse cuando consideren que sus fuerzas han llegado al límite. La Jorgeada, que ha celebrado su 23ª edición, está organizada por Os Andarines d' Aragón y crece cada año. Hay gente de fuera que se desplaza expresamente para participar en ella.       

Miguel Ángel Díez descansa en el Palacio de los Deportes de la capital oscense mientras cuenta que la de este año ha sido su decimotercera marcha, que también será la última porque así lo ha decidido. Él ha llegado al destino a las 9.50, después de una madrugada "muy fría y con mucho viento desde Zuera hasta Huesca". Reconoce que los 80 kilómetros por senderos, pistas y calzadas se hacen duros. "Estamos acostumbrados a venir desde Zaragoza en coche y nos parece que el camino es corto, pero no", afirma. 

Según explica este veterano, aunque la ruta es llana hay un tramo que resulta complicado. Es desde San Jorge hasta Almudévar. "Enseguida empiezas a ver el castillo, pero son 8 kilómetros que se hacen muy largos porque ya llevas 50 a la espalda", comenta. A lo largo del camino hay distintos avituallamientos y autobuses escoba para recoger a quienes no pueden continuar andando. "Una cosa es llevar una zapatilla cómoda para ir por Zaragoza y otra muy distinta, pegarte una calcetinada así", apunta Díez.   

Como casi todos los participantes en la marcha destaca la organización de la misma. Dentro del Palacio de Deportes de Huesca hay un servicio gratuito de fisioterapeutas que recomponen las piernas y los pies más esforzados, y también duchas. Aunque muchos andarines no necesitan recurrir a estas atenciones. 

Juan Carmona, que este 23 de abril ha cumplido 72 años, ha completado su primera Jorgeada. Ha venido desde Madrid solo para tomar parte en ella. "En una 100 K que hice en octubre en Mérida (Badajoz) conocí gente que me animó a venir a esta marcha", señala sin apariencia de cansancio. "Todos son maravillosos y estoy contentísimo, tanto que volveré", ha manifestado. 

Es cierto que este andarín juega con ventaja, ya que, además de en tres 100 K, ha tomado parte en 14 maratones y en 30 medias maratones. Asimismo, confiesa que ha sido "40 años entrenador nacional de atletismo, buceador, ciclista y también fisioterapeuta". Del bolsillo saca dos velas, una es un siete y la otra un dos, que le dado un amigo para soplarlas por su cumpleaños, que el año que viene celebrará también en Huesca, "pero vendré con mi mujer", asegura.

Los participantes en la Jorgeada han repuesto fuerzas con una buena comida, en la que no ha faltado la paella.
Los participantes en la Jorgeada han repuesto fuerzas con una buena comida, en la que no ha faltado la paella.
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De cada Jorgeada, al menos de las últimas 16, ha quedado constancia en el cerro de San Jorge, donde los representantes de Os Andarines plantan un árbol a media mañana. En esta ocasión ha sido una encina, "o carrasca, como se dice en Aragón". "Es el símbolo de un reto y un recuerdo que se queda aquí para la posteridad", han indicado pala en mano. La jornada ha finalizado con una comida en la que no ha faltado la paella.  

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