Barbastro optará el año que viene al récord Guinness de elaboración de crespillos
Cientos de personas participaron en la XXIX edición de esta fiesta declarada de interés turístico regional.
Barbastro es sinónimo de crespillo desde hace más de tres décadas, cuando el Grupo Tradiciones con la colaboración del Ayuntamiento decidieron crear una fiesta popular en torno a una práctica particular de los hogares de agricultores: la elaboración de un postre a base de borraja rebozada en torno a la festividad de la Encarnación de la Virgen con la finalidad ritual de que se ‘preñen las oliveras’.
Barbastro no es la única localidad aragonesa donde se hacen crespillos, pero sí fue la primera en crear una fiesta que va creciendo hasta tal punto que ahora sus organizadores se han propuesto establecer un récord mundial.
El alcalde Fernando Torres, enfundado en su delantal, ha lanzado este mediodía en el homenaje organizado a la veterana cocinera Rosario Solorzano el reto de conseguir para esta fiesta, que ya tiene el título de interés turístico regional, el galardón de Récord Guinness por haber conseguido realizar el mayor número de crespillos en una mañana.
“Estamos muy contentos porque ha salido una mañana estupenda y hay mucho público. Y contentos porque se mantiene la tradición. De no haber sido por la pandemia hubiéramos alcanzado las treinta ediciones. Para el año que viene vamos a solicitar al Récord Guinnes para conseguir el récord del mundo y posicionar esta fiesta ya a nivel internacional y celebrar así el treinta aniversario en marzo de 2025”, señala Torres.
De momento no hay precedentes por lo que de conseguirlo supondría “un orgullo y un revulsivo para esta fiesta que ya hemos estrenado nuevo logotipo. De conseguirlo sería muy importante para la ciudad”.
En ese sentido, la consejera de Turismo y vicepresidenta de la Comarca, Pilar Lleyda, destaca la pujanza de la celebración “que genera una repercusión que va más allá de nuestro territorio Guara Somontano. Esta semana presentamos la fiesta en Zaragoza con gran afluencia de público y eso quiere decir que levanta pasiones y que contribuye a tener muchos visitantes que quieren degustar este delicioso postre”.
15.000 crespillos
Sobre la cantidad prevista para el año que viene, desde el Grupo Tradiciones contemplan alcanzar los 15.000 crespillos (este domingo se rondaron los 13.000 aproximadamente). “A ver a dónde podemos llegar, pero esperamos llegar a los 15.000. Nunca se han contado cuantos hacemos, cada hornillo dice que elabora en torno al millar, pero unos hacen más y otros menos. Hace falta mucha fuerza y manos para llegar a esos 15.000 crespillos”, cuenta María Jesús Sampietro, sucesora al frente de Tradiciones de Elita Davias, creadora de esta fiesta en su etapa como concejal de Cultura.
En esta edición han participado 14 hornillos -uno para celiacos- con representación de buena parte de la sociedad civil de la ciudad. Los comerciantes, los barrios, hornos de familias tradicionales en esta fiesta, Cruz Roja, Alzheimer, Valentia, Damas, grupos políticos … y como localidad invitada Estada. Teresa Esparza, de la asociación La Violeta de esta localidad, acudía por primera vez a la fiesta con dos hornillos para tratar de alcanzar el objetivo de elaborar los 900 crespillos. “Nos han invitado y estamos super contentas y orgullosas de representar a Estada en esta fiesta. Todos los años hacemos en Estada crespillo en torno al 25 de marzo. Hacemos degustación y tenemos hasta una actuación. Hacemos una fiesta junto con el Ayuntamiento”, comenta.
La tradición culinaria tiene un componente antropológico que no se puede pasar por alto. Sus orígenes son ancestrales y ligados al cultivo milenario del olivo, un símbolo de la comarca. Cuenta la tradición popular que en las casas de agricultores se elaboraba crespillos con hojas de borraja o espinacas con la llegada de la primavera para conseguir una buena cosecha de aceitunas en invierno. Los periodos coinciden con el día de la Encarnación de la Virgen, 25 de marzo, y el nacimiento de Jesús, 25 de diciembre, cuando se inicia la recogida de olivas.
Fernando Noguero, del Grupo Tradiciones y vicepresidente de la futura Denominación de Origen del Aceite Somontano, destacaba que esta celebración es “la fiesta de la sociedad civil tan rica y tan importante que tiene Barbastro”. Noguero hacía alusión al origen ritual de la fiesta y auguraba “que este año puede ser muy bueno en la producción de aceite y eso supondrá un descenso de los precios que los consumidores, seguro agradecen”.
Y la ‘crespillera de honor’, Rosario Solorzano, malagueña de origen pero entremurana de adopción se mostraba satisfecha por el reconocimiento “que me ha alegrado un montón. Me ha hecho mucha ilusión el premio, pero sobre todo que haya dos generaciones más que siguen (su hijas y nieta)”.
La música, como ediciones anteriores, la pusieron los Gaiteros del Somontano que amenizaron las largas colas para conseguir este sabroso y mágico postre.
