La pasión por el coleccionismo de Monzón trasciende fronteras

Cinco mil personas se reúnen este fin de semana en la nave de la Azucarera en la XX edición de Replega.

El portugués Cándido Barros con su mujer y nieta y puestos de intercambio y venta de objetos.
El portugués Cándido Barros con su mujer y nieta y puestos de intercambio y venta de objetos.
José Luis Pano

Monzón figura desde hace dos décadas en el calendario del coleccionismo nacional como cita ineludible el primer fin de semana de septiembre. La fecha no es casual, ya que es con el inicio del curso escolar cuando comienzan las promociones de colecciones por parte de las grandes firmas editoriales.

Aunque en Monzón casi se vive al margen de ellas, pues lo que se respire estos días es pasión por el patrimonio y la historia plasmada en los cientos de colecciones de objetos cotidianos que se exponen, venden o intercambian. Desde las clásicas chapas, botellas o posa vasos de cervezas, placas de cava, sobres de azúcar, calendarios de bolsillo, barajas, pins, muñecos de playmobil o muñecas, numismática, filatelia, libros de viejo, vinilos…

Esta gran feria, toda una referencia en España y más allá, reúne a 54 clubes venidos de varios puntos de la geografía nacional. Es el caso del matrimonio vasco de Mungia que forman parte de la asociación Bitxikiak, Justi y Jose: "Somos una asociación de coleccionista que coleccionamos de todo: editamos nuestras propias series a la venta de calendarios, marcapáginas, dedales, llaveros… En Mungia también hacemos una feria al año en abril y a Monzón venimos a gusto para ver a la familia coleccionista".

De más lejos recala Cándido Barros, de Oporto: "Vengo casi todos los años porque para mí es una de las ferias más importantes de España y su director Chorche Paniello es excelente en la dirección de estos encuentros. Compensa hacer diez horas de viaje porque ves a amigos y dar vueltas. Con salud vendremos todos los años". 

Cándido ha contagiado su afición por el coleccionismo a su nieta que debuta con muñecas, collares, y latas que se suman al amplio catálogo de su abuelo de pins, postales de campos de fútbol y entradas de partidos. "Tengo un poquito de todo y voy cambiando, pero lo más importante es estar en contacto con las personas y amigos", señala. Y es que esta feria es una auténtica red social donde prácticamente todos se conocen o tienen conocidos en común.

Seis exposiciones

Al intercambio o la compra venta se unen seis exposiciones en la parte superior de la nave de la Azucarera: ‘Recortables femeninos’, de Carlos Faro, ‘Maquetas de Playmóbil’, de ACME Altoaragón, ‘El cine en la pegatina social y política’, del Centro de Recuperación de Pegatinas, ‘Trenes de Navidad’, de Joaquín Porcar, ‘Material filatélico editado por Replega en estos 20 años’, recopilado por Salvador Alriols y ‘Raquetas y Material de Tenis’, de Juan Burges.

Este último, zaragozano, expone en Monzón un 40% de su colección. “Empecé a coleccionar hace tres años cuando le hice un regalo a mi amigo con el que jugaba al tenis de niño y hoy tengo 1.500 raquetas”, entre ellas joyas como el mismo modelo de raqueta con la que Charlote Cooper ganó la primera medalla en los Juegos Olímpicos de París en 1900.

La feria la inauguró el alcalde y presidente de la DPH, Isaac Claver, acompañado del director y “alma mater” del certamen Chorche Paniello, el concejal de Ferias Jairo Sánchez y el director general de Ferias, Comercio y Artesanía del Gobierno de Aragón, Javier Camo quien destacaba que Replega “posiciona a nivel nacional el territorio en un sector tan interesante que permite recuperar patrimonio, intercambiar conocimiento y apreciar la evolución histórica de determinados elementos que nos ha traído hasta la actualidad. Esta feria con 5.000 visitantes eleva el comercio de proximidad y los servicios de la zona”.

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