Primeras anulaciones por las nuevas obras en el acceso a Añisclo: "Nos hacen un gran roto"
Los empresarios se quejan de que se vaya a cerrar la carretera el día 4 de septiembre para ensanchar el puente de Nerín "porque todavía estamos en plena temporada".
"¿En qué se basan para decir que ya ha terminado la temporada turística de verano?". Es la pregunta que lanza Pedro Palazio, propietario de un hotel en Nerín y uno de los empresarios turísticos del valle de Vio que se queja de las fechas elegidas para realizar nuevas obras en el acceso al cañón de Añisclo (HU-631) ya que, asegura, van a provocar graves pérdidas a los negocios del sector.
Tras un verano trabajando ya a medio gas por el retraso que sufrió la apertura de la carretera de Añisclo -se abrió el 4 de agosto, 285 días después de un grave desprendimiento-, ahora se enfrentan a nuevas dificultades en este sector del Parque Nacional de Ordesa, que ha visto muy mermada la afluencia de visitantes, la cual llega a los 140.000 en un año normal.
Y es que desde el lunes 4 de septiembre y durante dos meses estará cerrada al tráfico la HU-631 a la altura del puente de Nerín, en el barranco Biandico-Aso, para que la Diputación Provincial de Huesca la ensanche ya que ahora es imposible el cruce de dos turismos.
El coste asciende a 237.000 euros y la DPH justifica que las fechas se han coordinado con el Ayuntamiento de Fanlo al considerar que "está concluida la época de mayor afluencia turística (agosto) y para evitar que los trabajos se adentraran mucho en el invierno ya que es una zona de muchos hielos y las condiciones invernales podría retrasar las obras».
Además, a partir del día 15, la empresa pública Tragsa reanudará las obras de ensanchamiento de la pista forestal de la parte alta del cañón de Añisclo, entre La Tella y San Úrbez, que se paralizaron el 1 de julio para no asfixiar al sector turístico. Mientras duren estos trabajos, el acceso con vehículo permanecerá cortado.
En un comunicado, desde el Ayuntamiento de Fanlo admiten ser "conscientes de las molestias que estos trabajos pueden ocasionar al funcionamiento normal del valle" y se ofrecen para "colaborar e intentar ayudar durante este período de ejecución de obras".
Pedro Palazio aplaude que se vayan a ejecutar estas demandas obras de mejora "porque son buenas para todos", reconoce. Pero discrepa con las fechas porque considera que supone "cortar el turismo en plena temporada y hacernos un roto muy grande".
Le hubiera gustado retrasar el inicio de los trabajos al menos hasta después del puente del Pilar "porque luego hay muchos meses de invierno que no son de temporada en los que se puede trabajar y cerrar sin molestar al turismo, que es de lo que vivimos", subraya. Y en cuanto a la justificación del mal tiempo que puede demorar las obras, avisa de que "si viene un otoño con lluvias también te las va a retrasar". Por ello, echa en falta que no les hayan consultado a los propios empresarios.
A la vista de la situación, ha enviado ya un correo electrónico a todos los clientes con reservas en septiembre para comunicarles las afecciones por las obras "porque no podemos engañarles para luego, cuando vengan, tener que mandarles dos horas de viaje a otros sectores del Parque».
De momento, le han anulado ocho habitaciones y por ello, se plantea adelantar el cierre del hotel a final de septiembre "porque va a ser un mes pésimo, el peor en 22 años que llevamos abiertos".
"Nos queda un mes de trabajo y nos lo van a quitar"
Rubén Ludeña, que gestiona Casa Lisa en Buerba, coincide en criticar que se corte el 4 de septiembre "un acceso importante al Parque del que dependen muchas familias y hosteleros del valle". En su caso, habría preferido retrasar el cierre "porque aún nos queda un mes de trabajo y nos lo están quitando, cuando además venimos de un año con muchos cortes de carretera", destaca. Y es que recuerda que "llueve sobre mojado" ya que el acceso a Añisclo se reabrió este verano tras nueve meses "y aquí pagamos el alquiler todo el año, no solo dos o tres meses", resalta.
Uno de sus principales atractivos es que tienen el sector de Ordesa a la izquierda, el Pineta a la derecha y el cañón de Añisclo enfrente "con lo que cada día puedes disfrutar de un sector diferente, pero si cortamos las carreteras nos vamos a morir", denuncia.
Mientras, David García, de Casa Guardafuentes de Ordesa, ubicada también en Buerba, se muestra algo más comprensivo. "Son obras que llevan pidiéndose desde hace décadas y hay que hacerlas porque, además, esta es una zona que necesita inversiones", remarca. No obstante, también le gustaría que se pudieran "compaginar" en la medida de lo posible con la actividad turística.
