La residencia de Huesca dijo al personal que bajara persianas y toldos para sombrear

La DGA pide toda la información al centro del IASS Sagrada Familia tras morir un usuario por golpe de calor y covid para conocer si hubo algún fallo en la comunicación o toma de decisiones.

Toldos y persianas bajados en la residencia Sagrada Familia de Huesca el jueves por la tarde.
Toldos y persianas bajados en la residencia Sagrada Familia de Huesca el jueves por la tarde.
Santi Villagrasa

El mismo día que el Ayuntamiento de Huesca llevó 35 ventiladores a la residencia Sagrada Familia de la capital oscense, tras la llamada del Gobierno de Aragón al conocer la denuncia de CC.OO. por la situación, los trabajadores habían recibido un protocolo para aminorar las altas temperaturas y las "frecuentes" olas de calor por parte de la dirección facultativa del centro, donde no hay aire acondicionado. 

Un usuario del geriátrico falleció el viernes en el Hospital Universitario San Jorge de Huesca tras sufrir un golpe de calor; además, tenía covid. La DGA ha pedido al centro el expediente para conocer si hubo algún fallo en la comunicación o toma de decisiones.  

La nota interna que se envió al personal de la residencia de mayores explicaba las medidas de actuación necesarias para tratar de regular la temperatura.  Durante el día, en la cara norte del edificio, las persianas y los toldos tenían que estar bajados para mantener la sombra y las ventanas debían permanecer abiertas para ventilar. En la cara sur había que hacer lo mismo, pero con las ventanas cerradas.

Durante la noche, las persianas y las ventanas debían quedar abiertas. "El objetivo de estas medidas es salvaguardar la salud tanto de los residente como de los empleados", se indicó en la nota. En la misma circular se reconocía que el edificio presenta 'deficiencias estructurales que está en proceso de subsanación (proceso largo)'.

El Gobierno de Aragón ha solicitado también informes respecto a la trayectoria del centro, que desde 2019 acumula denuncias de los trabajadores relativas a las altas temperaturas que en verano deben soportar los usuarios y el personal al no haber climatización en todas la dependencias.

La familia del residente que falleció el viernes denunció las condiciones en las que se le había tenido desde el miércoles, cuando se le diagnosticó el virus. El hombre llegó a Urgencias con 41 grados de fiebre y casi en coma. 

La consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, Mamen Susín,  incidió en que se está recopilando la información y manifestó que se ha pedido un estudio sobre el confort climático de todos los centros residenciales y asistenciales del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS). El objetivo es tomar las "medidas necesarias" de cara al próximo verano para que circunstancias similares no vuelvan a ocurrir. 

Susín recordó que la residencia no tiene aire acondicionado, tal y como denunció CC. OO. el jueves en un comunicado. La organización explicó que usuarios y trabajadores debían soportar temperaturas de más de 30 grados desde el inicio de la jornada, con máximas de hasta 35 en las horas centrales del día y en plena ola de calor. Asimismo, el sindicato hizo constar que esta situación se repetía a lo largo de los últimos años. 

Esa misma tarde, tras conocer la denuncia, la DGA llamó al Ayuntamiento para que llevaran ventiladores a la residencia. Se proporcionaron 35 aparatos, que se colocaron en los pasillos a los que dan las habitaciones de los residente y otros espacios.

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