La ola de calor deja hasta 30 grados en los refugios de montaña: "Ha llegado gente con pájaras"

Los guardan insisten estos días a los montañeros en la importancia de madrugar para evitar las horas centrales del día en sus rutas y de hidratarse. 

Dos montañeros tendiendo ropa junto a la estación meteorológica del refugio de Respomuso.
Dos montañeros tendiendo ropa junto a la estación meteorológica del refugio de Respomuso.
FAM

"Cuando otros años llegabas a 28 grados ya te echabas las manos a la cabeza estando en un sitio de montaña como este, pero a 31,5 grados como ha pasado esta última semana es muy raro", reconoció este domingo Segis Martínez, guarda de la Casa de Piedra, en el balneario de Panticosa, uno de los refugios del Pirineo oscense que no se ha podido librar de esta última ola de calor pese a estar a más de 1.600 m de altitud. Por suerte, por la noche "respiran" ya que las mínimas bajan hasta los 13 o 14 grados. "A veces la sábana se queda corta si duermes con la ventana abierta", afirmó.

Segis Martínez aseguró que este ascenso de temperaturas ha afectado a los montañeros "porque hemos visto a más de uno llegar con una pájara por el calor". Por ello, estos días les insisten todavía más en las recomendaciones básicas del verano: «Sobre todo les decimos que salgan cuanto antes a andar. Las personas que hacen montaña regularmente ya saben que las primeras horas de la mañana, de seis a ocho, son muy buenas para estar a mediodía ya volviendo. Sin embargo, es cierto que hay mucha gente que viene en el día de lejos y salen a las diez para dar la vuelta a los Infiernos, que cuesta entre ocho y nueve horas, y se puede hacer muy duro".

Montañeros tomándose un refrigerio este domingo en la terraza del refugio Casa de Piedra de Panticosa.
Montañeros tomándose un refrigerio este domingo en la terraza del refugio Casa de Piedra de Panticosa.
S. M.

En el refugio de Estós, en Benasque, a 1.859 m, ayer marcaron una máxima de 26,3 grados, algo "anormal" para el guarda Nico Sahún "porque siempre suele haber alguna canícula, pero no deja de sorprenderte llegar a estos niveles", admitió. También le llama la atención de la mínimas no bajen de los 17. "No te hace falta manta para dormir aunque estén las ventanas abiertas y menos estos días que está el refugio lleno", afirma.

En su caso, también remarcan recomendaciones básicas como "que no se despisten con la hidratación, que no reposten agua en alta montaña porque apenas tienen sales minerales y que madruguen para evitar las horas centrales del día, además de estar atentos a posibles tormentas".

Otros como Cap de Llauset (Montanuy), el refugio de mayor altitud del Pirineo (2.425 m), son más privilegiados ya que por el día las máximas solo llegan a los 20 grados. "Hace calor, un poco más de lo habitual, pero tampoco sufrimos demasiado", subrayó el guarda Martín ‘El Checo’, quien no obstante reconoció que la última noche había tardado en refrescar "para lo que estamos acostumbrados aquí". Con todo, los montañeros procedentes de Zaragoza, Tarragona o Murcia "duermen con manta porque notan mucho la diferencia", resaltó. Desde el albergue insisten igualmente en la importancia de protegerse con crema solar, hidratarse bien y madrugar un poco más si van a realizar rutas largas. 

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