Corral de Monegros gana la batalla judicial por el embalaje de sus huevos camperos

La Audiencia de Huesca ha desestimado la demanda de la compañía gallega Pazo de Vilane por una presunta copia del envase.

Imágenes de los dos envases que han provocado el pleito, el de la empresa de Monegros (derecha) y el de la gallega.
Imágenes de los dos envases que han provocado el pleito, el de la empresa de Monegros (derecha) y el de la gallega.
Corral de Monegros/Pazo de Vilane

La marca comercial Corral de Monegros (propiedad de la empresa Flumenali S. L. U.), ha ganado la batalla judicial contra la compañía gallega Pazo de Vilane, que la demandó hace cuatro años alegando una supuesta competencia desleal al copiarle supuestamente el embalaje de sus huevos camperos. 

La Audiencia Provincial de Huesca ha dado la razón al empresario de Monegros, Carlos Conte, porque según reza la sentencia, "aunque las cajas pueden tener una apariencia parecida, las grandes diferencias en los elementos característicos más importantes, impiden el riesgo de que un consumidor normalmente informado y razonablemente atento y perspicaz pueda confundir los productos de una y otra empresa". 

Carlos Conte fundó la empresa hace 10 años. Ha explicado que en 2019, coincidiendo con la extensión a nivel nacional de la marca, le acusaron de haber copiado . "Tras un largo proceso la justicia nos ha dado la razón", ha dicho satisfecho, "y lo que todavía es más importante, es que se ha reconocido la voluntad de una empresa que siempre ha querido hacer las cosas bien”.

Carlos Conte, al frente de la empresa Corral de Monegros.
Carlos Conte, al frente de la empresa Corral de Monegros.
Heraldo

Este ganadero lleva 30 años trabajando en la comarca de Monegros, en una red comercial con la marca Corral de Monegros para la comercialización de sus productos, y hace 10 asumió las riendas del negocio familiar para establecer su propia empresa. En la actualidad, da trabajo a 25 personas del medio rural, y a otras 25 de forma indirecta.

A lo largo del tiempo también ha ido aumentando su producción de huevos camperos de gallinas en libertad, pasando de 150 a 5.000 docenas diarias. Y su distribución ya incluye Comunidades Autónomas como Madrid y Cataluña. Defiende criterios de bienestar animal para hacer de la oferta de productos ecológicos un modelo de negocio que, en su caso, no para de crecer. 

Esa filosofía lo guió a la hora de plantear una imagen de marca que integrara los valores de lo natural y fuera atractiva para el consumidor. “Quería resaltar lo tradicional y mis raíces”, ha señalado, una idea que trasladó mediante el color verde para representar lo orgánico y el marrón claro como alusión al tono de la tierra de los Monegros.

El logotipo es una gallina, "el mismo que el de bastantes otras marcas del sector", aclara. Para diferenciarse, apostó por los trazos sencillos de un icono “como si lo hubiera dibujado un niño”, dotándolo de un aspecto más cercano.

El conjunto de estos rasgos fueron presentados ante el tribunal para justificar la construcción de su identidad empresarial. El procedimiento judicial acaba aquí, asegura Conte, puesto que la compañía gallega no ha recurrido en el plazo que disponía para hacerlo. 

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