El último tramo de la autovía entre Huesca y Lérida vuelve a retrasarse

El Ministerio confirma que el grado de ejecución solo llega al 49% de ejecución después de cuatro años y medio de obras. Se tendrían que haber entregado en el verano de 2021.

Obras del tramo Huesca-Siétamo de la A-22 a su paso por la capital oscense.
Obras del tramo Huesca-Siétamo de la A-22 a su paso por la capital oscense.
Javier Navarro

El último tramo pendiente de 12 km de la A-22 entre Huesca y Siétamo va camino de batir un récord. Según el plazo de ejecución por el que se adjudicaron las obras, 36 meses, debería haberse inaugurado en el verano de 2021. Pero finalmente puede llegar a duplicarlo ya que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana fija ahora 2024 como fecha de entrega. Para entonces habrán pasado 20 años desde que se colocó la primera piedra de este eje de 108 kilómetros que conecta la capital oscense con la ciudad de Lérida

Los balances provisionales de ejecución presupuestaria ya anticipaban que los trabajos iban mucho más lentos de lo esperado y el Ministerio lo confirma. Cuatro años y medio después del inicio de las obras del tramo, el grado de ejecución es de solo el 49%. En los últimos meses se han realizado trabajos de movimiento de tierras, drenaje, reposición de servicios afectados y trabajos en la estructura sobre el río Flumen. Además, se ha procedido a la apertura de los desvíos provisionales en el enlace de Loporzano, el enlace de Montearagón (Quicena) y sobre la N-240 a la altura de Siétamo necesarios para continuar con la ejecución de las obras. 

Fuentes ministeriales explican que el modificado de obra aprobado el año pasado ha obligado a reprogramar el calendario de los trabajos restantes con lo que la puesta en servicio se retrasa ahora hasta 2024 "si no surgen nuevos imprevistos que requieran modificarla", añaden. Además, hasta entonces no está previsto realizar ninguna apertura parcial de subtramos. 

Las obras, que ya en su día estuvieron bloqueadas cinco años por la crisis económica y por problemas medioambientales, arrancaron en el verano de 2018 a cargo de la UTE Vidal y Copcisa con un presupuesto de 46,8 millones. Pero el Ministerio ya tuvo que aprobar un primer sobrecoste de casi 4,6 millones en 2021 por la necesidad de ocupar más terrenos de los previstos para reponer líneas eléctricas y otros servicios adicionales que ralentizó la construcción y alargó un año el plazo de entrega inicial hasta el 30 de noviembre de 2022. 

Luego llegó una segunda ampliación del plazo de un año más hasta los 63 meses para reposición de nuevos servicios, mejoras de iluminación y ampliar las medidas correctoras arqueológicas del yacimiento romano Los Ayareces tras aparecer restos.

Y a finales de 2022 se dio el visto bueno a un nuevo modificado de cerca de 4,8 millones "por las necesidades de obras, servicios y suministros adicionales, a cargo del contratista/concesionario inicial". Con ello, el precio se ha disparado ya hasta los 56 millones de euros, un 20% más

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