Comienzan los derribos para reurbanizar el paseo Lucas Mallada de Huesca

El Ayuntamiento ha expropiado las dos casas situadas junto a las naves industriales. Con esta obra se dará continuidad a la mejora de esta vía, que va desde el paseo Ramón y Cajal hasta la rotonda del Mulo.

La parcela que ha quedado libre tras el derribo de la casa situada en el número 56 del paseo Lucas Mallada.
La parcela que ha quedado libre tras el derribo de la casa situada en el número 56 del paseo Lucas Mallada.
Heraldo.es

El Ayuntamiento de Huesca ha iniciado los derribos necesarios para acometer la reurbanización de un tramo del paseo Lucas Mallada, entre el río Isuela y el Polígono Industrial la Magantina. Para llevar a cabo este proyecto es precisa la demolición de dos viviendas casi centenarias situadas junto a las naves y que se han tenido que expropiar para cumplir las alineaciones que marca el vigente Plan de Ordenación Urbana (PGOU) de Huesca. Las obras de mejora previstas, con un coste de alrededor de 300.000 euros, supondrán la renovación del acerado, el arbolado y las zonas verdes en un segmento de unos 200 metros de longitud. Estos trabajos no empezarán hasta el año que viene.

El primer derribo ya se ha realizado. La empresa Giral Excavaciones y Obras ha demolido el inmueble situado en el número 56 del paseo, cerca de la calle Agricultura. La superficie afectada, una parcela de 95 m2, ha quedado vallada. La vivienda derruida, de 81 m2, era una sencilla construcción de una sola planta y forma rectangular. En su parte trasera disponía de unos anejos más precarios. La casa principal se construyó en 1934 y su estado de conservación era "regular". 

Dicha edificación carecía de interés histórico-artístico y ambiental. Además, dado que no superaba los 100 años de antigüedad y no se preveía que pudiese albergar restos arqueológicos integrados en su estructura (ni sobre rasante ni en dependencias subterráneas) no es necesario realizar una inspección arqueológica.

Ahora, está pendiente la demolición de la otra vivienda, ubicada en el número 66, también junto a las naves industriales y conocida como Casa Piedrafita. Mientras que el derribo de la otra casa ha sido rápido (menos de una semana) el de esta se alargará casi un mes debido a la envergadura de la edificación, con diferentes cuerpos. La obra se ha adjudicado a la misma empresa. 

La construcción principal es del año 1930, con un reforma hecha en 1960. Su estado de conservación es "bastante deficiente", con varias grietas en diversos puntos. También hay manchas de humedades. Durante el proceso de demolición habrá que tener en cuenta que esta vivienda está adosada a un edificio que se va a mantener. 

La parcela que quedará liberada tiene 280,10 m2, con 156 m2 de superficie construida en  planta baja, más otros 35 m2 en sótano o semisótano. El inmueble tiene forma de L y cuenta con unas construcciones auxiliares adosadas al muro trasero. Como la del número 56, no precisa de una excavación arqueológica.  

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