Un otoño caluroso y sin lluvias agrava la extrema sequía que sufre Aragón

Mequinenza, Canelles y Yesa, los tres embalses más grandes de la Comunidad, no remontan y están al 21%, 27% y 11% de su capacidad. Peligran el riego agrícola del verano y la energía hidroeléctrica pero se garantiza el agua de boca.

Embalse de La Sotonera (Alcalá de Gurrea), a una cuarta parte de su capacidad.
Embalse de La Sotonera (Alcalá de Gurrea), a una cuarta parte de su capacidad.
Verónica Lacasa

Si no llueve en abundancia antes de que acabe noviembre, el embalse de Mequinenza, el quinto mayor de España, parará la central hidroeléctrica por primera vez en su historia desde 1966. Y no será la única en la cuenca del Ebro, donde la producción de energía ha bajado a la mitad este año respecto a 2021. También se prevé apagar otros dos saltos aragoneses, Puente de Montañana y Escales, en el río Noguera-Ribagorzana.

Es una de las señales de alerta que da la sequía, que si ya era preocupante en verano, inquieta todavía más cuando la próxima semana se superará el ecuador del otoño, una estación generalmente húmeda. Ciudades con restricciones como Huesca, grandes sistemas de riegos que han vivido una campaña estival con prorrateos y aún así ven vacíos sus embalses o las mismas empresas hidroeléctricas, tenían puesta la esperanza en las precipitaciones de octubre. Pero el mes se cerró con un 50% menos de lluvias y siendo el más caluroso de la serie histórica. Y noviembre, pese a la primera nevada caída el viernes, no pinta mejor.

Según la Confederación Hidrográfica del Ebro, la situación sigue sin mejorar. Las precipitaciones de octubre solo significaron "un pequeño alivio" en los caudales de los ríos pirenaicos, "pero no han repercutido significativamente en las reservas embalsadas, que en la cabecera y en la margen izquierda se encuentran en valores muy por debajo de lo normal en esta época del año".

El otoño no cambia el mapa de escasez (reservas embalsadas). El dibujo es el mismo que al final del verano. Las cuencas del río Aragón y del Bajo Ebro siguen en emergencia, por cuarto y quinto mes consecutivo, respectivamente. En la primera, el pantano de Yesa, el tercero más grande de la Comunidad, no remonta. Su volumen se mantiene en un 11% con apenas 52 hectómetros cúbicos. Cuando baje de 50 será necesario elevar el agua. Ya se están probando las bombas por si llega esta situación. De él se abastecen a través del Canal de Bardenas la ciudad de Zaragoza y su entorno y otras 60 poblaciones.

El presidente de los regantes de Bardenas es conciente de que ese 11% que queda en Yesa está reservado para el abastecimiento, principalmente de la capital aragonesa, y aunque la calidad del agua del fondo siempre es menor, José María Vinué descarta que pueda resentirse cuando llegue a los grifos tras pasar por las plantas de potabilización. «Aún tenemos el mes de noviembre para que llueva», dice confiado.

Mequinenza sigue cayendo

El embalse de Mequinenza, en el Bajo Ebro, también está al límite. A finales de septiembre almacenaba 501 hectómetros cúbicos, el mínimo en esa fecha desde 1973. Un mes después, el volumen de la mayor presa del Ebro ha caído a 328 hm3, un 21% de su capacidad. Solo en los 3 últimos días ha perdido 18 hectómetros cúbicos. Su central hidroeléctrica solo ha producido este año un 67% de la media, y si no llueve parará este mes.

En situación de alerta está la intercuenca Gállego-Cinca, donde más ha llovido. Los más de 100 litros por metro cuadrado caídos a finales de octubre en la cabecera del Cinca, en la comarca del Sobrarbe, una excepción en el panorama de sequía, sirvieron para aliviar el bajo nivel del embalse de Mediano, que pasó del 16% al 24%. Por contra, La Sotonera, en la cuenca del Gállego, ha descendido del 32% al 25%.

Y en prealerta están el Ésera y el Noguera-Ribagorzana, que abastecen al Canal de Aragón y Cataluña. El modesto pantano de Barasona se encuentra casi a la mitad, pero las grandes infraestructuras hidráulicas del segundo río mantienen una tendencia muy preocupante considerando que son hiperanuales y tardan 2 o 3 años en llenarse. Canelles, el segundo con mayor capacidad de la cuenca del Ebro y el primero del Pirineo, apenas llega al 27%.

Los regantes del Canal de Aragón y Cataluña tendrán asamblea el día 23 de noviembre para analizar el cierre de campaña, "que hemos salvado por los pelos", reconoce su presidente, José Luis Pérez. Y se hablará de la próxima. "El otoño se tendría que empezar a notar y está mostrando pocos signos, sin apenas lluvias. A ver qué pasa en la segunda parte de la estación, y luego nos queda la esperanza de la nieve", explica. 

La situación es radicalmente distinta en la margen derecha. La normalidad se extiende por el Jalón, el Guadalope o el Matarraña. Pero el conjunto de la cuenca del Ebro sigue sin recuperar sus reservas. A final de septiembre estaba al 37% de su capacidad (53% es la media de los últimos 5 años), y mes y medio después del inicio del otoño ha caído al 35%.

Abastecimientos garantizados

En todo caso, la CHE destaca que los abastecimientos urbanos están garantizados. El agua para beber es prioritaria, por delante de los riegos agrícolas, los usos industriales y la producción hidroeléctrica. Huesca lleva con restricciones desde agosto, pero no afectan a los grifos de los ciudadanos sino al riego de parques, baldeos y fuentes. Estas medidas y los continuos llamamientos para reducir el consumo consiguieron bajar de 22.000 metros cúbicos diarios en verano a 16.500, y de los 17.000 habituales en esta época a 11.800. Vadiello, principal captación, hoy al 12%, estaría ya vacío si no fuera por el "sólido respaldo alternativo", dice la CHE, del pantano de Valdabra, que puede aprovechar la ciudad gracias a la obra de emergencia realizada con motivo de la sequía de 2005.

El 11 de noviembre habrá asamblea de usuarios de la Confederación, donde se reunirán las 18 juntas de explotación, formadas por regantes, abastecimientos, hidroeléctricos... "Poco podemos hacer contra la sequía, pero sí empezar a planificar", señala ante esa cita el presidente de la Federación de Regantes del Ebro, César Trillo. "Solo se salva la margen derecha, el resto está muy mal", lamenta. "El mismo eje del Ebro está peor que nunca, y de ahí riegan el Canal Imperial, Lodosa... y pequeños regadíos de captación directa".

Lo peor, según Trillo, es la previsión para noviembre, similar a octubre, poca lluvia y temperaturas altas, "cuando los embalses necesitan mucha agua urgentemente para poder llenarse". Si bien quedan otras dos estaciones antes del verano, él propone empezar a aconsejar a los agricultores las siembras invernales "para al menos sacar una cosecha". "No podemos dejar tierra para maíz (gran consumidor) sin seguridad de tener agua en verano", señala Trillo, que estuvo 27 años al frente de Riegos del Alto Aragón, la mayor comunidad de España. "La sequía de 2005 fue peor, pero nunca he vivido una tan generalizada", concluye.

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