Ana González: "Las mujeres en la montaña estamos lejos de la paridad"

Ana González (Monzón, 1970) fue la primera mujer en entrar en la directiva de la Asociación Española de Guías de Montaña.

Ana González, guía y primera mujer en la directiva de la AEGM, en la Ciudadela de Jaca.
Ana González, guía y primera mujer en la directiva de la AEGM, en la Ciudadela de Jaca.
Laura Zamboraín

Usted es la primera mujer en la directiva de la Asociación Española de Guías de Montaña (AEGM), creada hace 25 años. ¿Cuántos socios tiene?

Unos 1.200.

¿Y cuántos son mujeres?

Mujeres somos 80, la mayoría de media montaña y el resto de escalada, alta montaña y barrancos. De alta montaña hay muy pocas, creo que cuatro, pero es que hasta hace poco, ni había. Tampoco lo entiendo, porque a nivel deportivo hay mujeres muy fuertes que escalan en roca o en hielo, que esquían. A lo mejor no les interesa la profesión, es un trabajo duro, no es fácil, ni para ellos ni para ellas.

Lejos de la paridad.

Muy lejos. Desde que empecé en 2008 veo una evolución, porque antes era muy difícil encontrarte a una mujer guiando un grupo. Cuando entré en la directiva de la AEGM en 2011 nunca había habido ninguna.

¿Qué es lo más duro de abrirse camino en un mundo eminentemente masculino?

Defender ideas nuevas. Hasta hace 3 o 4 años no se habían hecho encuentros de mujeres. Y en otros proyectos que no tienen que ver con el género, a veces me he encontrado con barreras, no sé si por la innovación o por ser mujer, o todo junto. Una barrera muy habitual es la condescendencia, que nunca he valorado muy bien y sí le veo un matiz machista. Consejos que nunca se atreverían a dar a un hombre.

Con motivo del 8M celebraron un encuentro de mujeres guías de montaña en Benasque. ¿Con qué intención?

Nuestra intención era propiciar un encuentro donde hablar de la problemática específica de la mujer. La falta de empatía o el proteccionismo son temas que suelen salir a la luz en este tipo de reuniones. Parece que siempre tenemos que estar demostrando que somos capaces de hacer las cosas, que damos la talla.

La desproporción también se da entre los usuarios de la montaña. El 73% de los que subieron el pasado verano al Aneto eran hombres, y el 68% del conjunto de todos los practicantes de la alta montaña en el Pirineo.

Soy optimista y creo que los números van cambiando, pero estamos lejísimos de la paridad, no veo que a corto plazo se vayan a igualar.

Al margen de las condiciones físicas, ¿qué diferencia a ellos y a ellas en la montaña?

Creo que la maternidad y la crianza marcan una diferencia. Es un paréntesis, una pausa que vivimos las mujeres que nos supone un hándicap a la hora de mantenernos. Físicamente no creo que haya tanta diferencia. La fuerza puede influir en determinadas especialidades, como la escalada, pero en mi caso, que soy guía de media montaña, no la hay.

¿Los hombres se dejan llevar cuando quien manda el grupo es una mujer?

Hay de todo. Este tema también salió en el encuentro de Benasque. Siempre está el ‘rebelde’ que reta a la guía, que la cuestiona. Son comportamientos de hombres hacia mujeres que no se darían entre ellos. Lo único que se puede hacer es mantenerse firme y conducir la actividad, pero es un poco agotador.

¿Por qué eligió esta profesión?

Con 19 años estuve un verano trabajando en el refugio de Góriz, feliz, y vi pasar a muchos guías. Dije que quería ser como ellos.

¿Qué es lo más duro del trabajo de salir al monte?

A nivel físico no me supone un esfuerzo, es más, es mi hábitat natural, donde más a gusto estoy. Lo más duro y a la vez lo más gratificante es trabajar con gente, porque a veces son muchos días de convivencia. Yo me especialicé en trekking, he hecho algunos muy largos, de 21 días. Ahí pueden surgir situaciones duras para gestionar al grupo. Lo peor es cuando alguien se pone enfermo y hay que evacuarlo. Yo no he tenido accidentes graves con clientes, pero uno en Nepal sufrió un mal de altura bastante severo.

Trabajando de guía, ¿ha encontrado especiales dificultades en algún país por ser mujer?

En Marruecos, les cuesta un poco. Cuando hacemos trekking allí y entras en la cocina, llena de hombres, les choca verte, pero al final, como soy la que llevo el dinero y pago...

El montañismo es una actividad en auge. ¿Es de los que piensan que se está masificando?

Yo sí que creo que se están masificando determinados momentos y lugares, como el Aneto, Monte Perdido, el Teide.... cimas míticas. La foto del Everest desplegó bastante polémica.

¿Y habría que ponerle freno?

No sé cuál es la fórmula, de qué manera se puede hacer, pero sí habría que regularlo, por la protección del medio ambiente. 

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