La Vieja Remolona y O Viejo Remolón recorren juntos las calles de Alcubierre
Ha sido el primer encuentro entre ambos peleles, protagonistas de tradiciones únicas en el Alto Aragón, asociadas a los niños y a la llegada de la primavera.
Tras dos años de pandemia, había ganas de volver a disfrutar de la presencia de la Vieja Remolona en Alcubierre (Los Monegros), que, como novedad, ha salido este miércoles a la calle junto a un segundo muñeco, O Viejo Remolón, que ha viajado desde la localidad de Torres de Montes (Hoya de Huesca). Los actos relacionados con estos peleles son muy similares en cada uno de estos dos municipios y son únicos en el conjunto del Alto Aragón.
En ambos casos, se trata de una antigua tradición vinculada a los niños. De hecho, los muñecos tienen la función de acompañarlos en su recorrido puerta a puerta, en el que, a través de una antigua canción, tratan de ganarse la generosidad de sus vecinos, con el fin de disfrutar después de una gran merienda con los productos recogidos.
"El encuentro estaba planificado para 2020, pero tuvo que posponerse debido a las restricciones derivadas de la pandemia", explica Alberto Lasheras, vecino de Alcubierre y gran conocedor de su historia. Los dos muñecos salen siempre en plena Cuaresma y comparten un mismo significado. "Ambos representan el largo y frío invierno, que se resiste a marchar, y los niños, justo lo contrario, lo nuevo, la llegada de la primavera", indica Lasheras.
En Alcubierre, la Vieja Remolona se guarda de año en año y resulta manejable para los niños. Tiene la apariencia de una abuela, con toquilla oscura, falda estampada y vistosas joyas. En Torres de Montes, según explican sus vecinos, además de un mayor tamaño, O Viejo Remolón arde en el fuego al finalizar la celebración, recordando el destino de otros peleles durante el carnaval, como el Matapanizos y la Barbuchana en Villanueva de Sijena o los ninots Casimiro y Casimira de Fraga.
A lo largo de los últimos años, las dos tradiciones han incorporado la presencia de niñas. Antiguamente, era un acto reservado únicamente a los varones, exentos de acudir ese día a la escuela. Miguel Taira, de Alcubierre, disfrutó varios años de este singular acto y ahora, también lo hace su hijo, David, de 8 años. Aunque residen en La Muela, siguen teniendo un estrecho contacto con la población y han decidido desplazarse para unirse al recorrido. "Me hace mucha ilusión. Me trae muchos recuerdos de cuando era niño; era un día distinto y especial. Entonces, la merienda tenía lugar cada año en una casa diferente", ha recordado.
También desde otra localidad ha llegado Miriam García y su hijo, Héctor, de tan solo 14 meses. Aunque residen en Huesca, ya están construyendo la casa que ocuparán muy pronto en Alcubierre, donde tienen raíces familiares. "Mi marido es de aquí y siempre ha disfrutado de este acto. Para mi hijo, es su primera Vieja Remolona y me hace mucha ilusión", ha señalado.
Tal y como manda la tradición, los huevos ha sido el producto más recogido, junto a diferentes dulces. También ha habido varias propinas. Antiguamente, los vecinos agasajaban a los niños también con espedos o chullas. Para ganarse su favor, se entona una antigua canción conservada en ambos municipios y que resulta ser muy similar. En Alcubierre, los niños cantan: "La vieja remolona/ no quiere comer pan/ solo chocolate y chullas si le dan/ Los chicos de la escuela/ todos suplicamos/ que cuando cante el gallo/ nos den lo que buscamos/ ¡Qui-qui-ri-qui!/ ¿Nos dan para la vieja?/ ¡Con una estaca vieja!".
O Viejo Remolón ha sido desplazado por un grupo de vecinos de Torres de Montes, que aprovecharán su estancia en el municipio para conocer algunos de sus enclaves más destacados. El próximo 2 de abril los vecinos de Alcubierre les devolverán la visita.
