Seis horas caminando por la nieve de noche para rescatar a una esquiadora en Benasque
Agentes del Greim han tenido que evacuarla en una camilla, que han arrastrado hasta un lugar donde ha podido recogerla una ambulancia.
Si un accidente de montaña ocurre de noche, y además en la nieve, el rescate siempre se complica, por más que los agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) estén acostumbrados a trabajar en estas condiciones. Ocurrió el pasado viernes en el valle de Benasque, donde los socorristas tuvieron que acudir en auxilio de una esquiadora que sufrió una fractura en una pierna. No había luz para que pudiera ser evacuada en helicóptero y hubo que afrontar el operativo a pie. Duró seis horas, tres hasta llegar a ella y otras tantas de vuelta, arrastrando la camilla por la nieve.
El aviso del accidente se recibió a las 17.20 en la central del 062 de la Guardia Civil de Huesca. Una esquiadora de montaña había sufrido un accidente en el valle de Remuñé, debajo del pico del mismo nombre, situado a más de 2.800 metros, cerca del Ibonet del Arenal. La mujer, de 48 años y vecina de Torrejón de Ardoz (Madrid), tenía una posible fractura de tibia y peroné, de manera que era imposible que pudiera bajar por sus propios medios.
Inmediatamente acudieron al lugar especialistas del Greim de Benasque. Al no haber luz, no pudieron contar con el helicóptero para desplazarse y tuvieron que hacer la aproximación a pie. Fuentes del operativo de rescate explicaron que fue difícil progresar debido al estado de la nieve.
A las 21.00, después de tres horas caminando por la nieve, se llegó hasta el lugar donde estaba la esquiadora. Esta se encontraba muy nerviosa, ya que se había hecho de noche y estaba herida. Los agentes le proporcionaron bebida caliente y la acomodaron en una camilla para realizar el descenso.
Sobre las 1.20, después de otras tres horas de un descenso duro físicamente, se llegó al parquin del Vado, donde la montañera fue transferida a una ambulancia y trasladada al Hospital de Barbastro para realizarle pruebas diagnósticas.
En cotas altas del Pirineo, el manto de nieve tiene una media de un metro, aunque en algunos punto existen acumulaciones incluso superiores. El riesgo de aludes, no obstante, no es muy elevado debido a la meteorología: débil (1 sobre una escala de 5), por debajo de 2.300 metros y limitado (2) por encima.
