El acceso a la sala capitular de Sijena se cubrirá para proteger las pinturas murales
La entrada desde el lado este del claustro al recinto donde irán los frescos que están depositados en Cataluña a la espera de la ratificación del Supremo para su traslado a Aragón, será un espacio de transición ambiental.
Las obras de restauración y mejora en el monasterio de Sijena continúan avanzando. El Gobierno de Aragón acaba de adjudicar por 58.000 euros la redacción del proyecto para rehabilitar los antiguos dormitorios y la reconstrucción de las galerías norte y oeste del claustro. El objetivo es ampliar la zona donde están expuestos las 95 piezas artríticas recuperadas tras el largo pleito con Cataluña.
Además, el departamento de Educación, Cultura y Deporte ha licitado por 208.000 euros los trabajos que es necesario realizar en la zona que comunica los antiguos dormitorios y la sala capitular. Esta parte del monasterio se cerrará y se cubrirán los huecos del lado este del claustro para mejorar el acceso al espacio donde se colocarán las pinturas murales, que siguen expuestas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) ala espera de que el Supremo confirme la sentencia judicial que avala su vuelta a Sijena y que ya está ratificada por la Audiencia Provincial.
Entre los años 2016 y 2017 se hicieron obras de restauración y acondicionamiento de la sala capitular para la llegada de las pinturas del siglo XIII. También se instaló un tratamiento del aire con el fin de conseguir las condiciones ambientales adecuadas de temperatura y humedad para la conservación de las valiosas obras de arte que la decorarán.
Como un vestíbulo de cristal
No obstante, el acceso a esta sala por el claustro se hace de forma directa desde el exterior, lo que dificulta el mantenimiento de dichas condiciones así como la eficiencia del sistema de climatización. Es por ello que se va restaurar el lado este de la galería, para conseguir un espacio de transición.
Según el proyecto, se construirá el tramo de siete arcos que falta para completar la arcada así como la cubierta correspondiente, que será de madera ligera. La dirección general de Patrimonio ha propuesto cerrar este lado del claustro con un acristalamiento, de manera que se conforme un espacio de transición, similar a un vestíbulo protegido de las inclemencias meteorológicas.
En el propio proyecto se reconoce que no es posible resolver todas las exigencias de la normativa respecto al conjunto del monasterio, que es monumento nacional. No obstante, se apunta que el Código Técnico de Edificación (CTE) permite, "bajo el criterio y la responsabilidad del proyectista", aplicar las soluciones que permitan el mayor grado posible de adecuación efectiva.
Las obras, que se prevé empiecen a finales de octubre, no contemplan mejoras en la accesibilidad porque esto sí afectaría a elementos de valor cultural que hay que conservar (gradas). La tarima existente se sustituirá por una nueva.
