SOS para salvar la portada renacentista de la iglesia de Castarlenas, en Ribagorza

Un grupo de vecinos de Graus y de otras localidades cercanas han iniciado una campaña de recogida de firmas para instar una urgentísima actuación.

La iglesia de Castarlenas, en Graus, está prácticamente en ruinas.
La iglesia de Castarlenas, en Graus, está prácticamente en ruinas.
Ángel Gayúbar

Un grupo de vecinos de Graus y de otras localidades de la Baja Ribagorza han iniciado estos días una campaña de recogida de firmas para instar una urgentísima actuación que salve la magnífica portada renacentista de la iglesia del despoblado grausino de Castarlenas que se encuentra en un muy avanzado estado de ruina y amenaza con colapsar totalmente en cualquier momento.

En muy pocas jornadas, los promotores de esta campaña han conseguido reunir cientos de apoyos que van a ser presentados en breve ante las autoridades civiles y religiosas para tratar de coordinar en el menor tiempo posible un operativo que desmonte la portada labrada del templo, que se preserva en un muy buen estado de conservación, para que se pueda preservar de cara al futuro.

En el manifiesto que acompaña a los pliegos de recogida de firmas, los promotores de esta iniciativa señalan que "no es tiempo de lamentaciones sino de actuaciones" y que, aunque dada la incuria general y falta de compromiso que han permitido que la iglesia de Castarlenas "sea ya poco más que un montón de ruinas irrecuperables", todavía es posible salvar la portada de este "desgraciado" templo, "aunque la actuación debe ser inmediata".

Una portada que, recuerdan, es posiblemente el ejemplo de mejor calidad artística de ornamentación escultórica renacentista que se conserva en Ribagorza "y que aún puede ser preservada para el futuro de una destrucción irreversible en muy poco tiempo".

Imagen de la portada renacentista de la iglesia de Castarlenas de Graus que los vecinos exigen salvar.
Imagen de la portada renacentista de la iglesia de Castarlenas de Graus que los vecinos exigen salvar.
Ángel Gayúbar

Para ello, piden el compromiso ciudadano y la voluntad política para actuar inmediatamente en un salvamento cultural "que, además, se puede hacer sin excesivos gastos y que permitirá que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de una auténtica obra de arte".

Reconocen que este manifiesto es un grito de auxilio "desesperado" porque entienden que el colapso total de la iglesia de Castarlenas "es cuestión de días" y con su ruina desaparecerá si no se remedia, "una auténtica joya que, ahora mismo, está todavía a tiempo de salvarse" ya que es imposible materialmente preservar todo el conjunto del templo.

El manifiesto concluye haciendo un llamamiento a la concienciación ciudadana sobre la urgencia de una actuación "imprescindible" para recuperar esta monumental portada y exigiendo "que se tomen todos los medios para llevarla a cabo cuanto antes".

El profesor y experto en arte Francisco Martí, uno de los promotores esta iniciativa alerta de la "inminencia" del colapso total de la iglesia "porque la ruina avanza de una manera tan rápida como descontrolada". Ante esta situación, entiende que hay que actuar "ya" en el salvamento de una portada que, considera "es, por la calidad de su talla, una de las mejores obras del Renacimiento en Ribagorza y, además, con elementos tan curiosos como los de la talla de una mujer desnuda en alusión a la evangelización de los nativos de los territorios americanos".

Tras consultar con distintos expertos, considera Martí que el desmontaje de la portada no debería tener mayores complicaciones que las de la retirada de los escombros de las viviendas que rodean el templo y de la propia iglesia y la instalación de los elementos de seguridad necesarios. "El desmontaje en sí de la fachada es relativamente sencillo, pero hay que hacerlo cuanto antes porque la iglesia se puede caer en cualquier momento", sentencia.

Castarlenas es ahora un lugar abandonado perteneciente al municipio de Graus pero históricamente tuvo sus momentos de gloria como atestiguan tanto la magnitud de los restos de algunas de sus viviendas –hoy totalmente arruinadas- como la monumentalidad de la que fuera su iglesia parroquial dedicada a San Pedro Apóstol. Levantada ésta a mediados del siglo XVI siguiendo la pauta de las construcciones de transición entre el gótico y el renacimiento, muy habituales en el sur de Ribagorza y en las zonas vecinas del Somontano y La Litera, con unas notables dimensiones, una vistosa galería de arcos de medio punto de ladrillo y una airosa torre que destaca como un vigía en el horizonte del valle.

Su portada, de estilo típicamente renacentista, está flanqueada por columnas corintias, con abundantes motivos de 'candelieri', angelotes, máscaras relativas a la muerte y personajes desnudos que portan cuernos de la abundancia y cintas con frutos en las dovelas de la rosca, los riñones laterales y las jambas, y es uno de los mejores ejemplos de escultura de la época plateresca que existen en este territorio ribagorzano. 

Su interior, con cada vez más derrumbes y daños que son ya irreversibles, todavía conserva las bóvedas de crucería finamente labradas surcadas ahora por unas grietas que crecen a ojos vista. No existen datos concluyentes sobre el autor de esta iglesia y el de su impactante fachada aunque sí hay constancia de que en 1556 el escultor Joan Tellet realizó el pórtico de la iglesia de la Virgen de la Peña y que dejó allí su firma para atestiguarlo. En este mismo pórtico labró una puerta para la capilla de San Juan de Letrán que reproduce un modelo del III Libro de Arquitectura del tratadista Sebastián Serlio. 

Significativamente, las enseñanzas de Serlio aparecen aplicadas en otras fachadas como la de la iglesia de la Asunción de Lascuarre que, atribuida al picapedrero y tallista Jaques de Anduxes por ser vecino de la localidad en esos años, es obra contemporánea de la anterior y toma como modelo el Arco de Borsari de Verona que aparece también en el Libro III del arquitecto manierista italiano. Pero el modelo se mantiene en la zona durante varias décadas y la iglesia de San Sebastián de Laguarres –muy parecida estilísticamente a las dos anteriores- se puede datar con relativa precisión en 1586, fecha que figura en su portada junto a la firma del maestro ejecutor Antón Orsín, natural o residente en Graus, a quien algunos autores atribuyen obras similares en otras iglesias de la baronía de Castro de características parecidas y, entre ellas, ésta de San Pedro en Castarlenas que es, de todas ellas, la que está realizada con mejor factura técnica y que ahora corre un serio peligro de desaparecer si no se actúa urgentísimamente.

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