Hoz y Costean, el faro multicultural del Somontano

Hoz de Barbastro, Costean, Montesa, Salinas de Hoz y el despoblado Guardia conforman este municipio que está atrayendo nuevos pobladores; cuenta con gente de siete nacionalidades.

Marta Punter atiende a un cliente en la tienda de Hoz.
Hoz y Costean, el faro multicultural del Somontano
José Luis Pano

Con sus 704 metros de altitud, Hoz de Barbastro es –junto a Berbegal y el santuario del Pueyo– uno de los miradores naturales más privilegiados de la comarca. Desde el mirador donde otrora se ubicó el castillo se puede observar una privilegiada vista del Somontano; al norte, la sierra de Salinas; al oeste, la Candelera; al este, la Carrodilla, y al sur la llanura de Barbastro. A simple vista se reconoce la estampa de esta comarca con sus cultivos tradicionales: la viña, el olivo, el almendro y el cereal.

La carretera comarcal que conduce a Hoz desde Naval y Barbastro no es la más adecuada; en tiempos recientes, dado su sinuoso trazado, sirvió como pista de campeonatos de Aragón de rally. Pese a ello, sus vecinos ya están acostumbrados a circular por ella de camino a Barbastro, donde residen la mayoría de ellos entre semana. El resto, los que viven en el pueblo a diario, mantienen vivo un municipio integrado por las localidades de Hoz de Barbastro, Costean, Montesa, Salinas de Hoz y el despoblado Guardia. En total suman 140 habitantes censados.

El contraste con Guardia, despoblado a finales del pasado siglo, lo aporta Costean, un oasis en la población altoaragonesa. Costean cuenta con 48 vecinos (la mitad de ellos foráneos) de siete nacionalidades distintas: argentina, alemana, francesa, inglesa, moldava, escocesa y española. En los últimos tiempos, varias parejas han optado por comprar alguna de las muchas casas deshabitadas allá, para rehacer su proyecto de vida entre los centenarios olivos (llegó a haber tres almazaras en el pueblo) que aportan una calma y tranquilidad que no existe en las urbes. Fue el caso de Carol Roig, que trabajaba en una joyería en su Barcelona natal; junto a su compañero Manel adquirió una casa hace dieciséis años en Costean, donde se dedican a impartir clases de Chi-Kung y Tai–Chi, así como otras disciplinas físicas y mentales orientales, como el yoga que imparten algunos de los maestros que viven en la zona. Su vivienda es también una casa de turismo rural para aquellos que buscan la quietud y el silencio. "No teníamos ninguna vinculación con el pueblo. Buscábamos una casa con terreno y me gustó ésta. No sabíamos que nos metíamos en un follón tan grande de rehabilitación, pero lo hemos conseguido. Dejamos la vida ruidosa de ciudad y ahora me puedo dedicar aquí a dar mis clases de Tai-Chi, Chi-Kung y mantenimiento dentro del Servicio de Deportes de la Comarca. Vivir aquí me ha permitido conocer en profundidad a las gentes de los pueblos y su modo de vida. Ya no me voy a la ciudad para nada", sentencia.

Hoz de Barbastro es el núcleo más poblado del municipio, con 68 habitantes censados, de los cuáles una veintena superan los 85 años. "Es un problema gordo, estamos pocos y muy envejecidos. Los pueblos se nos mueren poco a poco y no sé que se podría hacer, pero en diez años se van a convertir en residencias de veranos y paradas técnicas en los puentes", explica el alcalde, Juan José Millaruelo, quien cuenta lo duro que supone dar servicios a cuatro poblaciones.

La subvenciones que llegan de la Diputación Provincial de Huesca se reparten entre los cuatro pueblos. Este año, en Hoz se van a arreglar calles; en Costean se cambiarán las tuberías de agua de fibrocemento; en Salinas se construirá un almacén y en Montesa se terminará el local social con su iluminación.

La clave a esta situación demográfica pasa, según el alcalde, por el trabajo. "En los pueblos no lo hay, y la gente se va las localidades más grandes; las casas, pese a estar bien arregladas, se vacían hasta el verano", insiste el edil. Aún así, el municipio cuenta con importantes actividades económicas como Semenporc, una de las principales firmas de inseminación animal del país, granjas de cerdos, vacas, gallinas ponedoras y ovejas, guías de montaña y barrancos, una almazara ecológica en Costean, dos bodegas (una en Hoz y otra en Montesa), casas rurales, una tienda… la próxima actividad será la plantación de cien hectáreas de viñedo en Hoz, y hay bodega en ciernes, con importantes perspectivas laborales. El arriendo de los montes en cotos de caza también deja ingresos en el municipio. En cuanto al patrimonio, se va a actuar en la rehabilitación de las iglesias de Santa María Magdalena de Hoz, mientras que las de Santiago Apóstol de Costean y la de San Millán Montesa fueron restauradas recientemente.

Pese a la despoblación, el alcalde sigue recomendando la vida en estas localidades y anima a asentarse en el municipio: "Los pueblos están bien arreglados, hay paz, nuestros vecinos tienen una gran inquietud, hay patrimonio digno de visitarse, un punto estratégico para visibilizar todo el Somontano y a 15 minutos de Barbastro. Tenemos servicio médico, botiquín, peluquería… y 16 casas en venta".

Una tienda y bar en Hoz que abastecen de productos de primera necesidad a los vecinos
Marta Punter regenta en Hoz de Barbastro uno de los espacios multiservicio existentes el Somontano, que hace unos años promovió la Diputación Provincial de Huesca para tratar de fijar población, ofreciendo además servicios básicos a los habitantes de los pueblos. Básicamente se trata de un colmado, donde se venden productos de primera necesidad (comida y limpieza) y se gestiona el bar sito en el local social. Marta procede de una pequeña población barcelonesa, y está casada con un vecino de Coscojuela de Fantova, localidad vecina de Hoz de Barbastro. Hace dos años optaron por dejar atrás la provincia barcelonesa e iniciar una nueva vida en Hoz. Su marido trabaja como guardia forestal, y ella atiende en la tienda abierta hace diez años. En este tranquilo pueblo crían a sus hijos. "Estamos muy contentos. Esta es una opción muy tranquila y recomendable por la calidad de vida que tienes. Ofrecemos muchos productos y si falta algo, vamos a Barbastro a buscarlo. Abrimos a diario, menos los jueves. Se trata de dar un servicio a los vecinos", explica Marta.

La primera almazara ecológica de Huesca, puntera además en Aragón, está en Costean
El periplo vital de los hermanos Domínguez, Carlos y Luis, bien podría servir de ejemplo para hablar del retorno del talento al medio rural por la vía del emprendimiento. Tras terminar sus estudios universitarios, estos zaragozanos decidieron comenzar una nueva etapa en el pueblo de sus raíces, Costean. Allí recuperaron la antigua almazara del abuelo, que databa de 1931, y se distinguieron por elaborar el que durante un tiempo fue el primer aceite virgen extra ecológico de la provincia, Ecostean, que exportan a toda Europa y EE. UU. El atractivo diseño de sus botellas les ha valido varios reconocimientos nacionales e internacionales; en 2013, la Academia Aragonesa de Gastronomía les concedía el premio a la mejor almazara de Aragón.

En la actualidad siguen innovando con aceites especiados, vinagres balsámicos y cosméticos naturales con aceite de oliva. Asimismo, han sido pioneros en el oleoturismo dentro de la provincia de Huesca, ofreciendo catas de sus aceites, charlas y cursos en un espacio habilitado para el amante del aceite, al que denominan Oli Bar. Un ejemplo de trabajo bien hecho, sustentado en un producto de calidad, con el envoltorio a la altura del contenido.

En datos

Comarca: Somontanode Barbastro.

Población: 140

Distancia a Huesca: 65 km

Los imprescindibles

Biblioteca de Costean

Ronda el medio centenar de habitantes, pero Costean cuenta con uno de los focos culturales de la comarca, su biblioteca. Un grupo de voluntarios la abren el jueves y otros días a convenir. Los sábados hay charlas, recitales...

Hotel La Sal

Muy cerca de la turística Naval se ubica Salinas de Hoz, que ofrece al visitante una de las mejores vistas del Somontano, hecho comprobable desde las terrazas del hotel rural y restaurante La Sal; abre al público el 1 de abril.

Castillo de Hoz

Los restos del castillo medieval de Hoz de Barbastro coronan la localidad en un enclave estratégico. Con sus sillares se levantó anexa a la fortaleza la iglesia de Santa María Magdalena (s. XVII), fusión del gótico, el renacentismo y el mudéjar.


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