Liberados los ábsides de la iglesia de San Pedro el Viejo tras más de 20 años de reivindicación

El Ayuntamiento de Huesca se ha hecho cargo de los derribos y la DGA llevará a cabo la restauración.

Aspecto de los ábsides de San Pedro el Viejo tras la demolición del último edificio anexo.
Aspecto de los ábsides de San Pedro el Viejo tras la demolición del último edificio anexo.
Rafael Gobantes

Los ábsides de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca ya pueden respirar. La cabecera del templo románico, declarado BIC en 1885, y la capilla de San Bartolomé, donde están enterrados los reyes aragoneses Alfonso I y Ramiro II, han quedado liberados de las construcciones que hace 200 años se edificaron sobre ellas. Han pasado casi dos décadas desde que el Gobierno de Aragón marcó las directrices para intervenir en la manzana de casas que rodea al antiguo monasterio, pero la espera ha merecido la pena.

Finalizadas las obras de demolición de las últimas construcciones adosadas a la iglesia, el Departamento de Cultura ha comenzado la restauración de los ábsides y los trabajos de excavación para localizar su cota original y obtener la configuración primigenia, explicó el arquitecto Fernando López Barrena. Además, se hará un tratamiento de humedades y estudios petrológicos para tener un diagnóstico del estado de las piedras y aplicar los tratamientos adecuados para su rehabilitación.

López Barrena explicó que los ábsides están muy dañados porque, aparte de las humedades, "las construcciones los han deteriorado mucho". "Hemos encontrado hasta un hogar excavado en una de las paredes del muro, que ha aguantado porque tiene una profundidad muy grande si no se hubiera ido abajo", añadió. El técnico apostilló que "esta labor va a ser muy compleja y delicada porque el daño ha sido muy grande". Esta primera fase de restauración, con un coste de 60.000 euros, finalizará en marzo. En la siguiente se cubrirá la capilla de San Bartolomé.

La consejera de Cultura, Mayte Pérez, y el alcalde de Huesca, Luis Felipe, visitaron el miércoles las obras. Este recordó que el Ayuntamiento ha invertido 140.747 euros en la demolición del edificio anexo realizada ahora. Los propietarios de los inmuebles afectados por esta operación, que dan a la calle La Correría, han recibido casi 900.000 euros por la expropiación, además otros 150.000 por intereses. Asimismo, destacó que se ha resuelto un problema administrativo complejo para poner en valor uno de los elementos patrimoniales más importantes de Aragón.

El presidente de la Asociación Obreros de San Pedro el Viejo, el arquitecto Eduardo Cuello, recordó la larga reivindicación para lograr liberar los ábsides de la iglesia, "el edificio más antiguo de la ciudad". "Ahora hay que trabajar para resaltar y dignificar este monumento", añadió.

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