La Fiscalía mantiene la petición de 3 años para los militares de la Guardia Real por una agresión racista en Jaca

El juicio ha quedado visto para sentencia. La acusación incluye el abuso de superioridad y solicita 5 años, mientras que las defensas insisten en la absolución

Los seis militares procesados han compartido banquillo con la víctima, en primer plano, que también estaba acusado de pegar a varios soldados
Los seis militares procesados han compartido banquillo con la víctima, en primer plano, que también estaba acusado de pegar a varios soldados
Pablo Segura

La Audiencia Provincial de Huesca ha dejado este viernes visto para sentencia el juicio contra un grupo de seis militares de la Guardia Real acusados de una presunta agresión racista ocurrida hace cinco años en la zona de bares de Jaca por atacar a un hombre argelino y a un policía local fuera de servicio y proferir insultos xenófobos al primero.

En el turno de conclusiones finales, la Fiscalía ha mantenido la petición de 3 años de cárcel para cada uno de los seis procesados por un delito de lesiones con la agravante de discriminación y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima principal durante cinco años. Además, ha elevado la cuantía de la indemnización que había solicitado en un principio para este hombre argelino (5.500 euros) por haber perdido cuatro piezas dentales en lugar de tres, según reflejan los informes médicos presentados por la acusación particular.

Por la agresión al policía local reclama, además, una condena de 2 meses de multa (360 euros) por una falta de lesiones y la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros, así como una indemnización de 700 euros por los 12 días que estuvo de baja.

Por su parte, la acusación particular, ejercida por la letrada Clara Blanca en representación del hombre argelino y del policía local, tampoco ha modificado su petición y ha mantenido los 5 años de cárcel para cada uno de los soldados y mandos de la Guardia Real al aplicar también el agravante de abuso de superioridad, así como su inhabilitación.

Mientras, los abogados de la defensa han insistido en solicitar la absolución de sus clientes, que desde un principio han negado su participación e incluso que estuvieran en el lugar. Además, los letrados de tres de los procesados habían acusado al hombre argelino de haber iniciado la reyerta, pero uno de ellos ha rebajado la calificación de delito a falta.

Subsidiariamente, las defensas han pedido aplicar la atenuante de reparación del daño al haber consignado en el juzgado la cantidad solicitada en un principio por la Fiscalía como indemnización para las víctimas. Pero las acusaciones lo rechazan alegando que el dinero no se ha ofrecido directamente a los perjudicados y por tanto no se ha resarcido el daño.

Este viernes también ha declarado la médico que atendió a tres de los militares acusados y a las dos víctimas en el centro de salud de Jaca y también la única testigo aportada durante el juicio por las defensas, una mujer que coincidió en la zona de bares con uno de los militares. Según fuentes de la acusación particular, ha dicho que no le vio pegar a nadie, aunque ha admitido que no estuvo con él toda la noche.

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