El lamasterio de Panillo celebra la llegada del Año Nuevo Tibetano

Numerosos vecinos de Graus acuden a  esta fiestas, que tiene lugar desde que los lamas se instalaron en este enclave de la comarca de Ribagorza hace 30 años.

Un momento de la celebración del Año Nuevo Tibetano este martes.
Un momento de la celebración del Año Nuevo Tibetano este martes.
Ángel Gayúbar

Hace ya más de tres décadas que los vecinos del municipio de Graus pueden vivir en dos ocasiones la bienvenida de un nuevo año. Concretamente, desde que se instaló allí la comunidad budista de Panillo, que se ha acabado convirtiendo en una de las más importantes de España y cuya celebración del Lo Sar ha adquirido plena carta de naturaleza en el calendario festivo grausino.

La celebración ha vuelto a repetirse este martes 5 de febrero en una ceremonia plena de color y simbolismo y en la que esta comunidad budista de Panillo y numerosos fieles y curiosos han dado la bienvenida al año 2146 del calendario tibetano que, según su interpretación astrológica tradicional del budismo, llega bajo los auspicios del Cerdo Femenino de Tierra.

Los asistentes han disfrutado de una agradable y soleada mañana en la que se ha llevado a cabo el rito de purificación al aire libre, la ofrenda de humo blanco "que todo lo purifica" y el ritual lanzamiento de harina al cielo, el 'Gyel Lo', como expresión del deseo de los mejores auspicios antes de que los asistentes hayan entrado en el templo para realizar las preceptivas ofrendas propiciatorias a Buda y participar en una segunda parte de la celebración.

La explanada que se abre frente al edificio del templo ha sido una vez más el escenario del acto más multitudinario de este Año Nuevo Tibetano en Panillo en una edición en la que se han incorporado algunos cambios escenográficos como la ubicación de los lamas de espaldas al templo y la colocación vertical de las maderas y vegetación de la hoguera para conseguir una humareda más ascendente.

Las actividades previstas por el Lo Sar tendrán este miércoles un último capítulo con la lectura de la Prajnaparamita y una posterior procesión de la comunidad budista por los terrenos del perímetro del templo, portando los textos del Kangyur para poner el punto final a esta conmemoración. Estos actos están cada vez más arraigados entre los grausinos, muchos de los cuales arropan a sus convecinos residentes en este lamasterio, que cuenta on cuatro lamas orientales y cinco occidentales acompañados por una comunidad de una quincena de fieles como residentes permanentes y que recibe durante todo el año a numerosos fieles nacionales e internacionales.

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