El 70% de los montañeros rescatados en invierno en el Pirineo tienen seguro, más del doble que en verano
Un estudio de Montaña Segura concluye que el colectivo que hace actividades en esta época está más formado y tiene más grado de conciencia del riesgo que asume
Los montañeros que salen en invierno a realizar actividades en el Pirineo están más formados e informados y tienen un grado de conciencia mayor sobre el riesgo que asumen en un medio altamente técnico. Y la prueba más evidente es que casi el 70% de las personas rescatadas por la Guardia Civil durante el período invernal están federados, por lo que están cubiertos por un seguro en caso de accidente.
Esta es una de las principales conclusiones que arroja el nuevo estudio publicado por Montaña Segura sobre las características de los rescates y el perfil de las personas auxiliadas por la Guardia Civil entre el 1 de noviembre y el 30 de abril en los últimos cinco años. Período que se saldó con un total de 164 intervenciones (ceñidas al Pirineo y por encima de los 2.000 m de altitud) y 243 rescatados, con un balance de 7 muertos, 130 heridos y 106 ilesos.
El análisis de las causas de los accidentes demuestra que entre el colectivo de montañeros invernales hay "una actitud más responsable a la hora de activar a los servicios de rescates". Y es que solo un 27% de los casos llamaron a los especialistas de montaña de la Guardia Civil por culpa de un problema derivado de una mala toma de decisiones, frente al 45% que se da entre los senderistas auxiliados en verano.
Además, este tipo de montañeros suelen tener algún problema físico "real" o lesión cuando requieren ayuda ya que el número de rescates de ilesos también es menor en invierno (23% frente al 34% del verano). "Y el porcentaje de grupos poco hábiles, que necesitan ser rescatados por una falta de autonomía personal, es relativamente bajo", añaden.
Contrariamente a lo que pudiera parecer, el 75% de las intervenciones son en condiciones meteorológicas no adversas, es decir, con cielo despejado o nublado pero sin precipitaciones. Solo un 8% tienen lugar con lluvia, nieve o granizo, y un 25% con viento. Casi el 70% de los accidentes ocurren durante el descenso, motivados en ocasiones por el cansancio. Además, el porcentaje de montañeros solitarios que sufren un percance (7%) es menor que en los practicantes de alta montaña en verano (12%) y los senderistas (15%). Y también el de rescatados con un equipo insuficiente (21% en invierno, frente al 31 y 34% del senderismo y alta montaña estivales).
Uno de cada cuatro son aragoneses
En cuanto al perfil de los auxiliados, el estudio indica que el mayor porcentaje son de Aragón (23%), seguida de Madrid (17%), País Vasco (13%) y Cataluña (12%). Solo hay un 6% de extranjeros, la mitad de ellos franceses.
La franja de edad mayoritaria de las personas rescatadas está entre 31 y 40 años. Solo un 2% son menores y un 5% tienen más de 60 años. El 75% son hombres y las lesiones más comunes son esguinces (20%), contusiones (18%), agotamiento y deshidratación (16%) y fracturas (11%).
