Las obras para convertir Monrepós en autovía encaran la recta final tras 12 años y 430 millones

Fomento ultima los trabajos en los tres tramos pendientes para abrirlos en primavera. Los 20 km hasta Sabiñánigo y la variante de Jaca no tienen aún fecha de inicio de obras

Imagen del macrotúnel de Escusaguas, de 2,8 kilómetros, ya terminado
Imagen del macrotúnel de Escusaguas, de 2,8 kilómetros, ya terminado
Pablo Segura

Estas serán las últimas Navidades con atascos en el puerto de Monrepós (N-330). La cuenta atrás para que el principal acceso al Pirineo aragonés se convierta por fin en autovía ha comenzado ya que el Ministerio de Fomento espera cumplir plazos y que los tres tramos que quedan todavía en obras estén ya en servicio esta próxima primavera.

Se hará realidad una histórica demanda que ha necesitado 12 años de trabajos –interrumpidos durante cuatro años por la grave crisi­s económica­­– y unos 430 millones de euros de inversión. Y es que hay que recordar que este macroproyecto ha obligado a perforar ocho túneles con una longitud total de más de 8 kilómetros y a levantar 12 viaductos.

Sin embargo, a partir de Lanave, los conductores tendrán que seguir esperando varios años más a que se complete la autovía hasta Jaca. Los 20,6 kilómetros hasta Sabiñánigo no están ni siquiera licitados y de hecho aún se tiene que redactar el proyecto para la unión de los tramos Lanave-Jabarrella y Jabarrella-Sabiñánigo Sur en uno solo. Fomento, no obstante, se ha comprometido a licitar la variante de Jaca, que unirá las autovías A-21 y A-23, en este primer trimestre de año con el objetivo de poder comenzar las obras a finales de 2019 o principios del 2020. La inversión prevista en este tramo de 8 kilómetros es de más de 140 millones de euros.

Un tramo en la cara sur

En la cara sur solo queda pendiente el tramo entre el Congosto de Isuela y Arguis, de 3,3 kilómetros (aunque el pasado verano ya se puso en servicio el último kilómetro). La actividad se está concentrando actualmente en finalizar la calzada de nueva construcción Huesca-Jaca, que incluye un nuevo túnel de 900 metros. El objetivo es pasar el tráfico, en sus dos sentidos, a dicha calzada y poder abordar así la transformación a autovía de la actual carretera N-330, que quedará como sentido de bajada Jaca-Huesca, según fuentes del Ministerio de Fomento.

El siguiente tramo que sigue también en obras, ya en la cara norte, es el que va del Alto de Monrepós a Caldearenas, de 4 kilómetros. No obstante, en los últimos meses se ha adelantado mucho hasta el punto de que la obra civil está ya finalizada por lo que ahora se está trabajando en el ajuste de todas las instalaciones y plataformas informáticas de funcionamiento y telemando del túnel de Escusaguas. Es el más largo del puerto con 2,8 kilómetros y el tercero de mayor longitud de la provincia después de los pasos internacionales de Somport (8,6) y Bielsa (3).

Y el último tramo pendiente de abrir en su totalidad es el que va de Caldearenas a Lanave, de 12,6 kilómetros. El pasado mes de julio, el ministro José Luis Ábalos viajó hasta Huesca para inaugurar los últimos 4,5 kilómetros, que incluían el enlace de Lanave y que ha permitido a los conductores ahorrarse 1,5 kilómetros de curvas del puerto en una zona que sumaba 165 accidentes.

Los trabajos también van muy adelantados y de hecho solo queda por extender la rodadura de la calzada única Jaca-Huesca, que actualmente está en servicio como carretera nacional en doble sentido de circulación, con vía lenta de subida. Desde el Ministerio aclaran que la ejecución de estas labores está condicionada a la puesta en servicio conjunta con el tramo Alto de Monrepós-Caldearenas, que aporta la calzada Huesca-Jaca de la cara norte.

En este tramo se ha construido otro túnel de 395 metros y el viaducto de Fontanal, que presume de ser el más largo de todo el puerto con 465 metros. Hay 11 más pero dos destacan especialmente por sus dimensiones: el del río Guarga (350 m) y el que salva el barranco de Atos (220).

El deslizamiento, 14 millones

Desde que a principios de 2007 comenzaron a ejecutarse las obras de desdoblamiento del Monrepós entre Nueno y el Congosto de Isuela, el Ministerio ha invertido alrededor de 415 millones de euros. A ellos habría que sumar el gasto extra de 14 millones que supuso la reparación del deslizamiento ocurrido en abril del año pasado cerca del alto del puerto y que mantuvo cerrado durante una semana este acceso al Pirineo. La solución fue levantar un viaducto de 70 metros de longitud, que se pudo abrir al tráfico el 3 de agosto después de varias semanas intensas de trabajos.

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