El Gordo anima la Navidad en Huesca y comercio y hostelería esperan los efectos de los 80 millones

La jornada de resaca del premio coincidió con la apertura en domingo.

El Coso de Huesca fue un hervidero de gente todo el día, tras la resaca del premio Gordo del sábado.
El Coso de Huesca fue un hervidero de gente todo el día, tras la resaca del premio Gordo del sábado.
Rafael Gobantes

Sería por la Navidad o por los 80 millones que dejó el Gordo, casi todos repartidos en participaciones de la Asociación de Antiguos Alumnos del colegio de San Viator, pero el centro de Huesca era ayer un hervidero de gente. En el Coso y calles aledañas no resultaba fácil encontrar un sitio libre en un bar para tomar el vermú o un restaurante para comer. La ciudad amaneció bajo una espesa niebla, que pronto se despejó para celebrar con buen tiempo la suerte de la lotería. La alegría se vivía en la calle, con los comercios abiertos, no por el premio sino por la ser víspera de Nochebuena. Eso sí, concesionarios de coches, oficinas bancarias o inmobiliarias se esperaron para abrir hoy a la caza de los afortunados.

Nueve veces más en Grañén

"Las primeras veinticuatro horas han sido contenidas, pero se notará en nuestro gremio y también en los demás sectores. Es una inyección más en un año de euforia económica", comentaba el presidente de la Asociación de Hostelería, Carmelo Bosque. Las barras de los bares y las mesas de los restaurantes sienten los efectos de la lluvia de millones. Pero habrá que esperar, aclaró Bosque. Él cree que será a partir de mañana, y sobre todo después de la Navidad, como ya pasó cuando cayó el Gordo en los Monegros. Claro que en 2011 no fueron 80 millones sino 720, el mayor Gordo de la historia, nueve veces más, de forma que los efectos no pueden ser los mismos.

"Estos días la gente lo está asimilando. Ahora es el momento de la emoción y de empezar a pensar en qué hacer con el dinero". Tres trabajadores del Lillas Pastia, el restaurante de Carmelo Bosque, han sido afortunados con el Gordo. "Con la emoción del premio, pero el sábado trabajaron 14 horas, porque teníamos una boda y el restaurante lleno por la noche, y hoy (por ayer) siguen al pie del cañón. Es un signo de profesionalidad, porque estos días hay mucha actividad", comentó.

Uno de los lugares donde se vivió la celebración el sábado fue en Doña Taberna, un bar que queda a pocos metros de la administración de lotería. "Vino mucha gente, y aquí estuvieron hasta las ocho de la tarde", indicó su propietario, Jesús Castro.

También el comercio ha recibido con alegría y esperanza el premio. "De momento el impacto ya es positivo por el optimismo que respira la ciudad", dijo la presidenta de la Asociación de Comerciantes, Isabel Claver. "Siempre repercute y hay negocios que sacan partido. Lo sabemos por cuando tocó el Gordo la otra vez, Pero de momento hay un ambiente impresionante. Quería comer por ahí y no he encontrado sitio", contaba.

Compras ‘sin remordimientos’

Miguel Ángel Santolaria, propietario de la tienda Mírate, espera que las ventas se activen. "Todavía no se ha notado, es pronto, pero solo viendo la alegría que hay en la calle, la cosa se animará", decía ayer. La resaca de la lotería coincidió con la apertura de los comercios en domingo, lo que favoreció que pudieran empezar a gastar el dinero.

"Sí se ha sentido, y esperamos que vaya a más", afirmó Kiko Lanau, de la joyería Lanau del Coso, que además es antiguo alumno de San Viator, pero no afortunado con el premio. "Hemos tenido clientes de los que les tocó y han comprado sin remordimientos", bromeó.

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