La suerte viajó por toda la provincia oscense, desde el Pirineo a los Monegros

Algo más que la pedrea. El sorteo del Gordo de este sábado dejó una lluvia de premios menores por toda la provincia, desde el Pirineo hasta los Monegros. El más tempranero, un quinto en Jaca. Le siguieron a lo largo de la mañana otros de la misma categoría en Ayerbe y Fraga, un cuarto en Robres y un tercero en Huesca, la ciudad más afortunada. Aunque no llegó a 150.000 euros en total, sin duda los agraciados recordarán para siempre el sábado, 22 de diciembre de 2018.

En Robres, se vendió un décimo del segundo cuarto premio, el 67774, a través de la terminal del bar Central. Pronto se supo que el afortunado es un vecino, Norberto Luna, primo de la propietaria del establecimiento, Sara Serrano, quien se mostró "muy feliz" con el reparto de este premio, especialmente tras conocer que se había "quedado en casa".

El afortunado con los 20.000 euros comparte el décimo con un grupo de amigos, con los que espera darse algún capricho, como una buena cena o un gran viaje, según detalló Serrano. Para la hostelera, se trata del primer gran premio que reparte, una suerte que espera repetir. "Ya era hora de dar uno de los buenos", señaló Serrano. Robres está a tan solo 12 kilómetros de Grañén, la localidad monegrina con más fortuna, tras repartir el Gordo ‘más gordo’ de la historia en 2011, que dejó una lluvia de 720.000 millones. "Aunque no puede compararse, mis clientes ya no podrán decirme que los premios solo se dan en Grañén", indicó Serrano.

El Gordo y un quinto

En Fraga, también hubo cava. El estanco Bollic, en la avenida de Aragón, vendió un décimo del Gordo (400.000 euros) y dos de un quinto premio (12.000). Los tres fueron distribuidos por terminal y de momento se desconoce la identidad de los afortunados. El propietario, Joaquín Bollic, se mostró "feliz y emocionado". "Nunca habíamos dado el Gordo; es una gran satisfacción", señaló. "Las terminales es lo que tienen, gracias a ellas los premios quedan mucho más repartidos", indicó Bollic, que celebró con cava la suerte de sus clientes. En el año 2017, también por terminal, ya vendieron un décimo del primer premio de la Lotería Nacional (30.000 euros).

Y en el estanco de la plaza de Ramón y Cajal de Ayerbe se vendieron seis décimos por terminal del mismo número. "No sabemos si es gente del pueblo porque para los puentes de la Constitución y Todos los Santos se vendió bastante lotería", explicó la propietaria, Marina Ubieto.

Una pizzería reparte suerte

La administración y pizzería La Fontana de la calle de Gil Berges de Jaca vendió a través del terminal cuatro décimos del 29031, un total de 24.000 euros. En cuanto salió el número la alegría se desbordó en este establecimiento, pero más aún al descubrir los dueños, Isidro Caballero y Carmen Campoy, que ellos mismos estaban entre los agraciados. Fue una clienta, Eva Vela, también afortunada, la que les dio la buena noticia cuando se acercó a celebrarlo.

"Estuve cenando con unos compañeros y decidimos comprar un décimo. Animamos también a Isidro y Carmen a que lo adquirieran", explicó Eva. Les han tocado 6.000 euros por décimo. Otros dos billetes se han quedado en Jaca, otro ha ido a Zaragoza y el cuarto, al País Vasco.

Carmen e Isidro se mostraron contentos por partida doble. Se repetía la historia de 2015, año en el que vendieron tres décimos de un cuarto premio. En esa ocasión, y la noche de antes del sorteo, "un cliente pidió un décimo, nos regaló uno a nosotros y otro señor que estaba cenando también lo compró, y también nos tocó", recordó Isidro. "Ese año lo repartimos con los trabajadores de la pizzería", apuntó.

Es el segundo año consecutivo en el que la suerte recae en Jaca. En 2017, se vendieron 10 décimos del primer premio de Navidad.