Familiar que reside en el mismo hogar, mujer y mayor de 48 años. Es el perfil de quienes cuidan y atienden a discapacitados y dependientes en la provincia altoaragonesa y uno de los datos más preocupantes de la radiografía realizada para conocer la situación de la discapacidad en el territorio. Las conclusiones del diagnóstico, elaborado en el marco del proyecto Huesca más inclusiva y promovido por la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad (Cadis), se dieron a conocer ayer a diferentes administraciones y asociaciones del sector.

Las investigadoras de la Universidad de Zaragoza Gemma Larramona y Rosa Aísa, que han llevado a cabo el estudio, alertaron ayer del envejecimiento de las personas cuidadoras, en su mayoría mujeres. "Observamos que en el futuro más próximo puede haber problemas a la hora de atender a las personas con discapacidad porque estas cuidadoras son personas de edad avanzada", apuntaron .

El diagnóstico se ha llevado a cabo a partir de 366 encuestas a personas con discapacidad o dependencia de entre 18 y 67 años. Se han identificado 10 áreas en las cuales es necesario trabajar para garantizar el derecho a la igualdad de oportunidades y trato de estas personas para su inclusión social y laboral.

El informe, avalado por el Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, concluye, entre otras cuestiones, que la Administración tiene que prever que la red familiar envejecida que está soportando y resolviendo el día a día de las personas con discapacidad "está sometida a una fuerte presión que acabará por debilitarla, trasladando una presión mayor a los servicios sociales".

Como solución, Larramona y Aísa plantean la necesidad de ampliar la oferta para externalizar esta ayuda. Si la administración contrata a empresas para los servicios que demandan las familias, "se crearía un nicho de empleo". "Estos trabajadores, a su vez, aportarían a esta los recursos necesarios para financiar estos servicios", explicaron las investigadoras. Según indicaron, la carencia existente "puede generar empleos que hoy en día son importantes para garantizar el desarrollo económico". "Se precisan servicios sociales, se crea una oportunidad laboral y las personas trabajadoras, con o sin discapacidad, los financian con sus impuestos", añadieron.

El diagnóstico refleja que más de la mitad de los encuestados necesitan ayuda de otra persona y que este apoyo proviene mayoritariamente (67%) de la familia. Gran parte de los cuidadores realiza esta labor de forma continuada desde hace 10 años y no recibe compensación económica.

Otra de las conclusiones del informe se refiere a la brecha laboral entre personas con y sin discapacidad, sobre todo en el colectivo de mujeres donde la tasa de paro tiene grandes diferencias con la de hombres. Larramona y Aísa destacaron que es en este donde los datos de Huesca son peores que en el resto de España.

En el lado positivo del diagnóstico está el papel de los centros especiales de empleo para la inserción laboral de personas con discapacidad y la labor de las asociaciones del sector.

Margen de mejora

La consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, reconoció que, a pesar de los avances alcanzados en el ámbito de la discapacidad, todavía existen amplios márgenes de mejora. Asimismo, manifestó que en la provincia de Huesca se han incrementado las prestaciones de dependencia en esta legislatura en un 60 % y señaló como "fundamental" el trabajo de las entidades, "que seguirán contando con el apoyo del Ejecutivo autonómico".

El alcalde de Huesca, Luis Felipe, resaltó que este estudio identifica los hitos donde hay que "establecer líneas de trabajo". La diputada provincial Susana Blanes incidió en que los resultados del informe "ayudarán a mejorar la autonomía de las personas con discapacidad".

El proyecto ‘Huesca más inclusiva’ se inició hace dos años por parte del Ayuntamiento de Huesca, la Obra Social La Caixa y Cadis. Posteriormente se han sumado la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón.