Una familia alemana pasa la noche en la montaña junto a los guardias

Instalaron dos vivacs, les dieron su ropa de abrigo y se calentaron con infiernillos

Evacuación de la familia alemana en la zona de Salenques, en la Ribagorza
Evacuación de la familia alemana en la zona de Salenques, en la Ribagorza
Guardia Civil

La Guardia Civil de Montaña de Aragón y Cataluña y los guardias de los refugios de la Renclusa (Benasque) y Cap de Llauset (Montanuy) colaboraron entre el martes y el miércoles en el salvamento de una familia alemana, un grupo de ocho personas, seis de ellas menores, que realizaban la ruta entre esos albergues, situados en la comarca de la Ribagorza. Fueron precisamente los guardas de Cap de Llauset los que encontraron al grupo en la zona de Salenques, un hombre de 50 años, una mujer de 43, y 6 menores de entre 9 y 16 años, todos ellos con ligera hipotermia y agotamiento.

El aviso se dio a las 20.00, al no llegar a su destino y al saber que no portaban frontales ni ropa impermeable. La Guardia Civil realizó gestiones con los guardas de los refugios, pero no lograba dar con su paradero. El último sitio donde habían sido vistos, a las 12.00, era por debajo del ibón de Barrancs. El jefe del Greim, el teniente Santiago Gómez, explicó que se contó con los equipos de Benasque y Viella (Lérida), dada la amplitud de la zona de búsqueda, y además ayudaron los guardas de los refugios. El Greim de Viella hizo el recorrido desde el refugio de Cap de Llauset, cercano a Cataluña, y el de Benasque desde la Renclusa. Y dos guardas del primer refugio salieron con ropa, comida y material para intentar colaborar en la localización del grupo, dado que estaban más próximos que los equipos de rescate.

A las 22.40 del martes los guardas indicaron que habían dado con ellos y que se encontraban mojados, cansados y con frío, manteniéndose en el lugar hasta la llegada de los especialistas. El Greim de Benasque llegó a la medianoche, instaló dos vivacs para protegerles del frío, les facilitó toda la ropa oficial que llevaban y prepararon comida y bebida caliente. Tras valorar la situación se decidió pasar la noche, dado que la evacuación a pie era demasiado larga y los rescatados estaban agotados y con hipotermia. La progresión nocturna también era peligrosa, ya que las rocas estaban mojadas tras la tormenta y soplaba mucho viento. Poco después llegó a la zona el personal del Greim de Viella.

Durante la noche se trató de mantener la temperatura de los vivacs haciendo uso de los infiernillos. “En todo el dispositivo de rescate se ha contado con la colaboración de los guardas del refugio de la Renclusa a través de la emisora”, según la Guardia Civil.

A las 6.00 del miércoles, las condiciones en la zona de Salenques eran pésimas debido al fuerte viento y la nubosidad, lo que hacía imposible la llegada del helicóptero, por lo que se tuvo que acercar a más especialistas para mover por el terreno a los rescatados. “Era una zona que presenta dificultades técnicas con el agravante de que se encontraban ateridos de frío y agotados, por lo que había que asegurar a los ocho rescatados en todo momento”, indicaron las mismas fuentes.

Se consiguió trasladar a los rescatados a pie hasta la vertiente de Barrancs y allí el helicóptero comenzó la evacuación del grupo. Tras ser valorados por el médico de 061, se comprobó que tenían una ligera hipotermia y agotamiento pero que no precisaban de asistencia en un centro médico.

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