Los guardianes de la montaña

Especialistas de la Guardia Civil, guías de montaña y barrancos, clubes, informadores voluntarios... En Aragón son muchas las instituciones, colectivos y profesionales involucrados en la prevención, más necesaria que nunca este verano por el peligro añadido del exceso de nieve y agua.

Rescates de montaña en el Pirineo
Rescates de montaña en el Pirineo

Precaución. Siempre es la palabra en la que más se insiste cada verano para minimizar al máximo los riesgos en la montaña, pero en las últimas semanas el mensaje se está redoblando después de los accidentes registrados en el Pirineo oscense y la Sierra de Guara, donde ya han perdido la vida ocho personas desde el 1 de junio. La última llamada de atención se hizo esta misma semana al término de la Comisión de Seguimiento de Rescates en Montañas y Simas de Aragón, que se reunió por primera vez desde octubre de 2015 para evaluar la situación y avanzar en la renovación del convenio entre el Gobierno de Aragón y el de España en esta materia.

En la Comunidad son muchas las instituciones, los colectivos sociales y también los profesionales a nivel particular los que siguen trabajando para tratar de que cale esa conciencia de que la montaña no es un parque de atracciones. A la cabeza está la Guardia Civil, que cada día pone en riesgo la vida de los componentes de los grupos de montaña para salvar a personas accidentadas, pero también están en esta tarea el Gobierno de Aragón, la Federación Aragonesa de Montañismo, las asociaciones de guías, los clubes, los ayuntamientos...

Particularmente relevante es la labor que impulsa Montaña Segura, que cuenta con una Red de Informadores Voluntarios distribuidos en 278 puntos distintos de la Comunidad (227 de ellos en la provincia de Huesca) que son atendidos por 489 personas plenamente involucradas con la cultura de la prevención.

Y entre sus proyectos destaca Aneto Seguro, una iniciativa que arrancó la pasada temporada y que ofrece cerca de 40 charlas gratuitas en Benasque en los meses de julio y agosto, en plena temporada alta, para enseñar a afrontar el reto con todas las garantías de seguridad. Cuatro expertos se encargan de impartir consejos cada lunes, miércoles, viernes y sábado en el Palacio de los Condes de la Ribagorza. Uno de ellos es Chemary Carrera Pons, que puede presumir de ser el único guía autóctono del valle. Asegura que su principal objetivo es concienciar a los montañeros interesados en hacer cumbre en el techo de los Pirineos de que "el Aneto va a estar allí siempre y que es mejor darse la vuelta a tiempo que forzar y tener un accidente fatal, sobre todo durante la bajada por el cansancio".

"Está en mejores condiciones"

En la subida al Aneto hay que convivir este año con la nieve, un elemento que ha provocado un gran número de caídas en la alta montaña dejando hasta el momento dos fallecidos (en la Escupidera de Monte Perdido y en los Infiernos) y una docena de heridos. Pese a la alarma generada, Chemary Carrera Pons recalca que "para mi, este año el Aneto y el resto de montañas está en mejores condiciones porque hay más nieve y eso beneficia a nivel físico". Y recuerda en este sentido que el año pasado por estas mismas fechas, el glaciar del Aneto "era puro hielo y caminar era muy difícil, pero hoy los crampones se clavan bien". Sin embargo, añade enseguida que "el problema es que la gente no es consciente de que hay que llevar crampones y piolet y saber usarlos en caso de accidente".

Aparte del exceso de nieve tras un invierno con récord de precipitaciones, los elevados caudales por el deshielo y las fuertes tormentas de esta primavera también han aumentado el riesgo de los barrancos, donde este verano han fallecido dos personas.

En el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, con más de 300 barrancos, reconocen que los primeros meses de temporada fueron complicados por las intensas precipitaciones. Pero esa misma agua también ha permitido trabajar en otros cañones que habitualmente están secos. Según la asociación de guías de la Sierra de Guara (que representa a 37 profesionales) esta campaña han trabajado de momento menos días que el año pasado, pero confían en que todo cambie en agosto. "Hasta hace pocos días los barrancos bajaban con mucha agua, pero ahora su caudal se ha estabilizado y vamos a tener un agosto con buenos niveles y unas condiciones óptimas para trabajar. La sierra está más verde y bonita que otros años. Pienso que agosto va ha ser un buen mes de trabajo", augura el vicepresidente de la entidad, Alex Castro.

Los peligros no solo se perciben a pie de río o mientras se cruza un nevero. Desde el aire, la Unidad Aérea de Huesca de la Guardia Civil es testigo privilegiado de esos riesgos. Del 15 de junio al 15 de septiembre, cuando se concentran casi la mitad de los rescates de todo el año, se refuerza con un segundo helicóptero que tiene su base en Benasque. Este cubre la zona de la Ribagorza y el entorno de Ordesa mientras que la aeronave estacionada en la capital se hace cargo de los rescates en Guara y en las comarcas del Alto Gállego y la Jacetania. Son atendidos por 7 pilotos.

Maniobras de rescate extremas

El jefe de esta Unidad, el comandante Alberto Rodríguez Martínez, asegura que aunque prácticamente llevan contabilizados el mismo número de rescates que el verano pasado, "es verdad que como hay tanta nieve y tanta agua está habiendo más accidentes graves por caídas en neveros y por los caudales de los barrancos". De hecho, por ejemplo, el gran volumen de agua de algunos cañones les han obligado a realizar peligrosas maniobras con el helicóptero "porque ha habido que evacuar a personas en barrancos con unos caudales muy fuertes donde hay un riesgo añadido ya que al especialista que cuelgas de la grúa no puedes exponerle a que entre en contacto con el agua en ningún momento ya que podría salir arrastrado por la corriente y sería una situación de emergencia para el helicóptero". "En esas situaciones el trabajo es muy complicado y tenemos que afinar más", señala.

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