La "inverosímil excusa" para el ADN hallado en el coche robado

Los Ortiz Perea también se inventaron una coartada diciendo que ese día estaban en Valencia cogiendo naranjas

Pedro Ortiz Perea, durante el juicio en la Audiencia de Huesca
Pedro Ortiz Perea, durante el juicio en la Audiencia de Huesca
Rafael Gobantes

Durante el juicio, los dos acusados, naturales de Zaragoza y de 57 y 60 años, negaron su participación en los hechos afirmando que ese día estaban en Valencia cogiendo naranjas, argumentos que volvieron a exponer en sus recursos ante el TSJA aunque de nuevo han sido rechazados. En este sentido, el tribunal subraya que en el subfusil recuperado aparecieron restos de material genético de Benito Ortiz Perea y que tanto la mujer secuestrada como el propietario de la armería le reconocieron en el juicio "sin género de dudas" como la persona que les amenazó y disparó respectivamente.

Su hermano Pedro expuso como defensa que los restos genéticos suyos hallados en el coche robado a la mujer y usado luego para viajar a Huesca se debieron a que había estado viviendo de okupa en pisos abandonados y en la calle y que había podido dejar enseres abandonados que podrían haber sido cogidos y usados por los verdaderos autores de los hechos. Sin embargo, el TSJA lo califica como una "excusa inverosímil" recordando que además del material genético hallado en el vehículo, su móvil fue detectado en el lugar donde dejaron abandonada a la víctima del secuestro. Por todo ello, concluye que los dos acusados "eran las personas que participaron en todos los hechos enjuiciados".

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