Barbastro logra permiso para retirar de la catedral algunos de los 11 nidos de cigüeñas

El Inaga y Patrimonio dan el visto bueno a la operación, que se podría adelantar para los más peligrosos

Uno de los nidos de cigüeñas en la torre de la catedral.
Uno de los nidos de cigüeñas en la torre de la catedral.
José Luis Pano

Parte de los once nidos de cigüeña situados en la catedral y la torre de Barbastro se van a retirar en verano por parte del obispado. La intervención, demandada hace dos años por la diócesis, ha conseguido los permisos de dirección general de Patrimonio y del Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) del Gobierno de Aragón. Precisamente el director de este organismo, Jesús Lobera, ha explicado, junto con el ecónomo de la diócesis, José Huerva, los detalles de la actuación.

En el tejado de catedral hay cinco nidos y seis en el cimborrio de la torre, de grandes dimensiones y que están generando serios daños estructurales en este edificio declarado monumento histórico artístico nacional y Bien de Interés Cultural. A estos daños hay que unir los posibles incidentes a los viandantes por el desplome de alguno de estos nidos, que pueden llegar a pesar 1.000 kilos, como el ocurrido recientemente en Zaidín y que por suerte no impactó contra una mujer que se encontraba limpiando el templo, como ha señalado Lobera.

La intervención se centrará además en otras iglesias de la diócesis y comenzará en la parroquial de Alcolea del Cinca, donde se han producido afecciones en la techumbre y el cimborrio. La intervención en esta iglesia asciende a 212.000 euros. La diócesis tratará de actuar en el mayor número posible de templos.

Los trabajos de retirada y adecuación de nidos (algunos se mantendrán) comenzarán en agosto y se desarrollará también en septiembre, si bien el Inaga podría autorizar al obispado la retirada de los más peligrosos en junio y julio en función del informe de emergencia que emitan los técnicos.

Además se colocarán unos sistemas homologados de electro repulsión (similar a los pastores eléctricos, aunque la cigüeña no corre riesgo de engancharse ni de lesionarse). Se trata de bandas flexibles que tratarán de impedir que se pose. "La cigüeña es un animal muy terco y va a volver, no quiere decir que lo consiga. Por eso durante dos años haremos un seguimiento muy continuado para implementar o modificar los sistemas para proteger la zona", ha señalado Eduardo Burgaleta, de la empresa Cigüeña Stop que trabaja en territorio nacional con gran eficacia.

El director del Inaga ha recordado que la presencia de las aves en los templos de la diócesis ha generado "una realidad complicada que nos ha hecho poner manos a la obra para buscar soluciones, y de acuerdo a los procedimientos legales preservar el patrimonio". En este sentido, cabe apuntar que el periodo de anidamiento va desde febrero a julio, y hasta esa fecha no se puede intervenir.

Por su parte, Huerva ha agradecido la diligencia de Jesús Lobera para solucionar este problema, requerido insistentemente por el obispado "para que sea compatible la preservación del patrimonio, la conservación de las aves y la seguridad humana". Huerva apuntó el grave deterioro que los nidos generan en la techumbre provocando goteras en la catedral y que también pueden ocasionar incendios, ya que algunos de esos se ubican sobre luminarias y cableado en la torre.

Sin visitas a la torre

La ejecución de estos trabajos supondrá que durante la época del verano no se puedan realizar visitas a la torre. El responsable de Patrimonio de la diócesis, Enrique Calvera, ha indicado que tras "salvaguardar la torre, el segundo objetivo es poder ofertar al turismo los tres monumentos, torre, catedral y museo, con una entrada común. Es un poco prematuro que podamos enseñar la torre este verano porque hay que repasar el chapitel y retirar la hierba que ha crecido".

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