La primera casa pasiva de madera en Aragón ya es una realidad

Al frente de este proyecto se encuentra Jesfer, una empresa de Almudévar que se ha encargado de fabricar toda la estructura que se encuentra en Fiscal, Huesca.

La casa pasiva de madera en Fiscal, Huesca
La casa pasiva de madera en Fiscal, Huesca

No fue un encargo sencillo, ya que se trataba de la primera vez que en la empresa Jesfer, ubicada en la localidad altoaragonesa de Almudévar, se enfrentaban al reto de crear una casa pasiva, pero tras mucha formación, algo de prueba y error, la primera casa de estas características en Aragón, ya es una realidad. Esta vivienda unifamiliar se sitúa en la localidad de Fiscal, y ya cuenta con la auditoría del Passivhaus Institute, organismo alemán que otorga esta certificación. ¿Qué significa esto? Pues la principal característica de estas construcciones es su ahorro energético, ya que consumen hasta siete veces menos que una vivienda tradicional.

Un requisito indispensable para certificar esto es superar con éxito el test ‘Blower Door’, un ensayo que sirve para medir el hermetismo de la vivienda, introduciendo aire a presión. Una prueba que la casa de Fiescal superó con creces, demostrando su gran precisión, ya que alcanzó una estanqueidad de 0,23 renovaciones de aire por hora, un valor mejor al mínimo de 0,6 que se exige en el Passivhaus Institute. Esto se celebra con enorme satisfacción en la empresa altoaragonesa, que asumieron la creación de esta casa como todo un desafío, de la mano del estudio de arquitectura Vimworks y el arquitecto técnico Albert Arpón, como gestor del proyecto y director de ejecución de la obra.

“Tenemos bastante experiencia en la construcción con madera, pero esto significó todo un reto para nosotros, que implicaba a todos los puntos de la empresa, desde la ingeniería, el diseño, el montaje… en todas las áreas hemos requerido mucha formación, e ir descubriendo nuevas cosas, que hace que tener un resultado tan positivo haya sido satisfactorio”, explica Sergio Buil, director técnico de Jesfer. “Es un trabajo complicado, porque hay muchos puntos que no conoces, y hay que revisarlo todo y plasmarlo en un proyecto, aparte de los temas habituales, hay que trabajar los detalles y dar con soluciones que no habíamos planteado hasta ahora”, añade. En total, fueron tres meses de ejecución, pero muchos antes de diseño, preparación y obtención de todos los certificados.

No obstante, aunque se tratara de su primera toma de contacto con estas construcciones tan eficientes, en la empresa asumen que este tipo de trabajos es el futuro de su sector, apelando al constante aumento de los costes del consumo energético. “Se calcula que en un medio plazo, en unos 15 o 20 años, se recupera en ahorro económico esa mayor inversión que supone dotar de un mejor aislamiento y de otro tipo de ventanas”, argumentan. “Además, tienen como ventaja que se testan los resultados en todo momento, porque está todo monitorizado, lo que permite que el sistema vaya evolucionando y esté en constante mejora”, añade Sergio Buil.

Así, son varios los nuevos proyectos de este tipo o similares con los que ya cuentan en sus oficinas, algunos de ellos ya confirmados para este año. Además, el congreso nacional Contart -Convención Técnica y Tecnológica de la Edificación-, cuya séptima edición se celebrará del 30 de mayo al 2 de junio en Zaragoza, dedicará una ponencia exclusiva a hablar de esta primera casa pasiva de madera aragonesa y la innovación constructiva que ha supuesto.

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