Los libros infantiles son mayoría en la oferta de más de 600 títulos que integran el mercadillo que este miércoles inauguraba Cáritas Huesca, coincidiendo con la celebración del Día del Libro, el próximo 23 de abril. Todos han sido puestos a punto en el taller prelaboral de recuperación y reciclaje que llevan a cabo en la entidad, con precios muy reducidos, entre un euro y cuatro. “La intención de este rastrillo es múltiple, ya que nos permite sacar la lectura a disposición de todo el mundo, además de una forma de mostrar lo que estamos haciendo, y poner en valor que nuestros talleres al igual que este rastrillo son un instrumento para los que más lo necesitan”, explicaba Felipe Munera, director de Cáritas Diocesana de Huesca.

El mercadillo se lleva a cabo en la parte exterior de la tienda Trobada Muebles y +, -situado en el número 25 de la calle Ramón y Cajal de la capital oscense-, hasta este viernes. En horario de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00. “Esta actividad pretende destacar el esfuerzo y trabajo de todas las personas que han colaborado en su reciclaje y acercar y animar a la lectura a todos los públicos, porque me gustaría que todas las personas fueran conscientes de que cuando vienen aquí, para comprar o donar libros, no solo resuelven una necesidad sino que están colaborando con otras personas que tal vez estén más necesitadas”, añadía Munuera. Los beneficios que se obtengan se destinarán íntegramente a los proyectos e iniciativas que tiene Cáritas Huesca.

Cuentos para niños, libros de consulta, clásicos en francés o grandes éxitos para adolescentes se ponen a la venta en el rastrillo, todos donados y recuperados por los usuarios de la entidad y que se van renovando mientras esté abierto el mercadillo. “En el taller prelaboral recibimos textiles, juguetes y habíamos acumulado también con el tiempo una gran cantidad de libros, contando hasta con 600 recuperados, por lo que pensamos que el día 23 era una buen momento para ponerlos todos a la venta y que se conozca también la labor de Cáritas con estos artículos, ya que se lleva a cabo un proceso de recuperación en aquellos que es posible, mientras que los que ya están en muy mal estado lo llevamos a la papelera para que se reciclen”, puntualizaba en la inauguración del rastrillo este miércoles Paula Villacampa, técnico del taller de recuperación, que agradecía también a esas personas que habían aportado sus títulos, “pensando que podían tener una utilidad y un mínimo rendimiento económico”.

Se encargarán de atender la venta los mismos participantes del taller prelaboral, casi como una forma de cerrar el proceso. Como, por ejemplo, Mariem, que hablaba de su experiencia con este trabajo. “Llevo tres meses en el taller, en el que restauramos zapatos, juguetes, bolsos… aquí los limpiamos, los pintamos, los completamos en el caso de los juguetes, y con los libros los revisamos, nos aseguramos que no lleven nombre, si tienen apuntes a lápiz los borramos...”, explicaba sobre la dinámica de trabajo. “La verdad es que he aprendido mucho en el taller, porque conoces a mucha gente y las profesoras son muy buenas”, añadía.