Con ocho años escribió su primer cuento, con dieciocho lanza todo un poemario

“Un borrador de escritora, un espejo roto, el humo de un antiguo tren o un globo perdido”. Son algunas de las metáforas que utiliza Leonor Sampériz Buil para definirse en la contraportada del libro que acaba de editar. Con el título ‘La vida cuando pasa’, la propia autora lo presenta como ”un libro muy modesto, en el sentido de que nunca he buscado la perfección técnica, solo es un reflejo de emociones, de sentimientos, reflexiones y experiencias, pero que todo el mundo puede sentirse identificado con ellas”, dice la joven, de solo 18 años, que resume la presentación de su obra calificándola como un libro “emocional”.

Su precocidad hace que haya que remontarse una década hasta el momento en que escribió su primer cuento ‘Los orgullosos tienen mala suerte’. Desde entonces ha ido acumulando vivencias y, especialmente a partir de los doce,  a raíz de una enfermedad que sufrió y que se prolongó en el tiempo, encontró en el boli y el papel toda una terapia “como desahogo y para salir adelante”. “La literatura siempre ha sido una compañera para mi. En los malos momentos, pero también en los buenos. Ha sido una parte esencial para mi”, explica Leonor, que habla de una experiencia “reconfortante”, ya que le permitía exteriorizar el dolor, la culpa o la tristeza, y que a la vez le generaba una fuente de orgullo.

No obstante, ahora que ha convertido todos esos sentimientos y emociones en un libro, deja que todo aquel que lea su libro las haga suyas, “porque aunque somos los autores quienes las escribimos, es el lector quien las interpreta y les da sentido”, dice. Y así quedó demostrado este jueves durante la presentación del libro, que llenó la librería Santos Ochoa de Huesca, recitando el mismo público algunas de las composiciones de su poemario. “Ha sido reconfortante, sorprendente y muy emocionante”, decía al final de la presentación.

En un momento en el que la poesía se encuentra como un género en auge, muchas de sus composiciones se presentan así, como poemas breves pero muy intensos, ya que explica la autora, es uno de los géneros que más lee. “Al principio era narrativa, pero fue saliendo poesía, con un lenguaje más lírico, y aunque también hay prosa, es un libro muy intimista”, puntualiza.

Después de la buena acogida de esta primera obra autopublicada, no piensa en el éxito, pero sí en seguir plasmando en papel sus sentimientos. “Es una parte muy importante, publique o no, tenga éxito o no”, dice, asegurando que escribir no es algo que vaya a dejar. No lo ve como una necesidad, pero asegura que es una ayuda. “Hay veces que no puedo escribir, otras veces sí puedo o simplemente quiero. No lo veo como algo profesional, porque si fuera una obligación no disfrutaría tanto. Puede ser una necesidad, pero sobre todo me quedo con el gran placer que encuentro al escribir, al transmitir a través de mis creaciones. ”, aclara, asegurando ser una chica normal, estudiante de Filosofía que disfruta de la música, el rock, el jazz, el cine, o la literatura. Toda una amante de la cultura, como la que también sale de su pluma.