Hace 25 años que los Reyes no desfilan solos en Huesca

Una exposición repasa la historia de la cabalgata de los Reyes Magos en Huesca.

Unicornios, tortugas, osos polares o caballos son algunos de los personajes de la muestra.
Unicornios, tortugas, osos polares o caballos son algunos de los personajes de la muestra.
Rosa Calvo

Desde lugares exóticos a pueblos del Pirineo, de los oficios al mundo de los cuentos... las temáticas que ha abordado la cabalgata de los Reyes Magos de Huesca en los últimos 25 años es tan variada como da de sí la imaginación, aunque siempre con el toque mágico que solo tiene una de las noches más especiales del año. Así se recoge en la exposición que puede verse en la plaza de Luis López Allué, que se convierte en el epicentro de la Navidad en la capital oscense, gracias al enorme abeto decorado, al nacimiento y a la pista de hielo, aderezado ahora con esta pequeña muestra, que supone un apartado lleno de curiosidades y también de recuerdos para muchos vecinos de la ciudad.

“Siempre hemos trabajado con el objetivo de sorprender e impactar en poco tiempo. Y siempre a través de la imaginación y la fantasía”, explica Amparo Nogués, ligada al diseño de la cabalgata desde el 1993, y que pone voz a toda la exposición, repasando la evolución de lo que ella define “como una serpiente multicolor” que este viernes volverá a invadir el centro de Huesca.

Un cuarto de siglo implica muchos cambios a nivel social, en modas, música, avances tecnológicos y hasta políticos, que también se reflejan en algo tan universal como el original pasacalles destinado a emocionar a los más pequeños, aunque haya pocas diferencias en estos 25 años en lo que respecta al entusiasmo de los integrantes y la ilusión de los ojos que los contemplan. “La idea ya desde el origen era ver la cabalgata como un conjunto de animaciones y desfile, que debía tener una temática que tuviera que ver con los niños y con la ilusión, que es lo que supone la llegada de los Reyes Magos”, apunta Nogués. Con el tiempo, cada vez se han ido uniendo más personas a la comitiva, “dando cabida además de los artistas profesionales a agrupaciones sociales, culturales, empresas y colaboraciones como la de los talleres municipales de teatro”, añade, en una participación que ha permitido ver indios, artistas de circo o juguetes por las calles más concurridas de la ciudad.

Algunos de los trajes más impactantes, pelucas y maquillaje integran la muestra, acompañados de las imágenes con el momento en el que se lucieron. También piezas destacadas dentro de las cabalgatas, como velocípedos o todo tipo de animales, entre los que destaca un enorme caballo que parece dispuesto a trotar. “Trabajamos distintos materiales, pero principalmente madera, hierro y poliestireno expandido, y siempre con una pintura reconocible, que nos hable rápidamente de lo que queremos mostrar”, apuntan los organizadores de la muestra, y también de las cabalgatas, que apuntan a que sus elementos “son siempre lugares habitados, no simples esculturas, por lo que responden a las necesidades de sus habitantes. Esto hace que estén repletos de vida”.

Dentro de los propios impulsores de la cabalgata, en 1993 fue Amparo Nogués junto a dos compañeras las que presentaron el primer proyecto global de cabalgata de Reyes, en base a sus estudios de Interpretación en la EMTZ y de Títeres y Arte Dramático. Crearon así la asociación Albahaca, en la que se englobaban diversos colectivos, pero todos muy valiosos dentro del espectáculo que presentaban, como alumnos de INEF, con inquietudes por el circo y la animación. Pusieron así zancos, malabares y mucha animación a la comitiva. En 1999 entró en la organización el actor Alfonso Palomares y el grupo comenzó a llamarse Lagarto Lagarto, lo que hizo que la cabalgata fuera mas ambiciosa y espectacular.

Desde el grupo, y echando la vista atrás se muestran orgullosos de estos 25 años creando ilusión e intentando superarse en cada edición, y como destacan, “viajando a la niñez”, ya que dicen, es el único vehículo para lograr una cabalgata mágica. “Hacer la cabalgata de Reyes es siempre una labor muy agradable, entrañable y creativa, ya que es especial y mágica. En ella ves miles de pequeños ojitos mirando el desfile, llenos de ilusión , inocencia y fe. Un momento inolvidable para los que nos dedicamos a este oficio”, concluyen.

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