Un estudio cartografía por primera vez las zonas de riesgo de aludes en el Aneto

Desde el año 2010 se han producido 10 víctimas mortales a causa de avalanchas de nieve en el Pirineo aragonés. La Guardia Civil ha tenido que actuar en 34 accidentes, con 30 personas heridas y 25 ilesas.

Rescate de una víctima de un alud
La última víctima mortal. La última avalancha mortal en el Pirineo aragonés se produjo el 27 de marzo de 2016. Sepultó a un hombre de 51 años que hacía senderismo en Pineta, en el Parque de Ordesa. Ese día el riesgo era "limitado", pero el manto nivoso es
Guardia Civil

Los montañeros que realicen actividades invernales en zonas con nieve dispondrán a partir de ahora de mapas de riesgo de aludes para planificar sus salidas y eludir las rutas más peligrosas. La primera cartografía de este tipo publicada en Aragón la acaba de difundir la campaña Montaña Segura referida al macizo del Aneto.

El objetivo, señala Marta Ferrer, coordinadora de la campaña de prevención de accidentes Montaña Segura, en la que colaboran la DGA, Aramón y la Federación Aragonesa de Montañismo, es "ayudar a planificar las salidas y evitar los recorridos más peligrosos". Se puede consultar y descargar en su web.

La importancia de esta herramienta se comprende atendiendo a la cifra de muertos en avalanchas registrada en Aragón. Desde 2010, se han producido 10 fallecidos. Ese fue el año más trágico, con cinco. También hubo víctimas mortales en 2011, 2012, 2013, 2015 y 2016. La Guardia Civil ha intervenido en este periodo en 34 aludes, con 30 heridos y 25 ilesos.

Y hay otros accidentes en los que no intervienen los equipos de emergencia, son los propios montañeros los que se autorescatan.

La cartografía de aludes del macizo del Aneto cubre las zonas donde habitualmente se practica montaña invernal, con punto de partida en el Hospital de Benasque, pasando por los refugios de La Renclusa y Cap de Llauset, y los accesos a los mismos. Incluye los valles de Remuñé, Literola, Escaleta, Barrancs, cabeceras de Cregüeña y Vallibierna, Salenques, Rigüeno y Llauset, además del pico Aneto. Y va dirigido a cualquier persona que realice una actividad en la montaña con nieve (raquetas, paseos, esquí de travesía...), fuera del entorno de las estaciones de esquí y de pistas balizadas.

Para trazar el mapa se ha utilizado la Escala de Clasificación de Terreno de Aludes (ATES), una  herramienta que evalúa la dificultad de un terreno y lo clasifica según su grado de exposición a las avalanchas en tres categorías: simple, desafiante o complejo. El modelo técnico, desarrollado por personal de los Parques de Canadá para evitar que los montañeros se expusieran a zonas con aludes, se basa en 11 variables, entre ellas la pendiente, forma de la ladera, densidad del arbolado, frecuencia de aludes o existencia de glaciares.  

Pero Marta Ferrer aclara que siempre debe utilizarse en combinación con el boletín de peligro de aludes, porque en función de las condiciones del día que se vaya a salir a la montaña, el peligro es mayor o menor. Curiosamente, la mayor parte de los accidentes se producen cuando el boletín marca riesgo 3 (en una escala de 1 a 5). "Da una sensación de seguridad que no es cierta. Con el 4 o el 5 mucha gente no sale. Con el 3 se puede salir, pero hay que escoger bien, no jugársela", señala. Según un estudio sobre 38 accidentes por aludes en Cataluña entre 1995 y 2012, un número importante se dieron con nivel 3, la mayoría en terreno complejo o exigente.

El sistema ATES ya se utiliza en la cartografía del valle de Arán y ahora se está implantando en Andorra. "No es una cartografía de aludes al uso, de zonas de probables aludes, sino que va más allá y define todo el terreno", aclara la coordinadora de Montaña Segura.

Para elaborar este primer mapa publicado en Aragón se ha recurrido a especialistas, geólogos expertos en cartografía de aludes, formados en Canadá, que han trabajado sobre el terreno.

El hecho de empezar por el macizo del Aneto es porque atrae a más montañeros. "No va solo dirigido a quienes practican actividades en la alta montaña, que suelen ser más conscientes de la peligrosidad de los aludes", dice, sino que en el entorno del Hospital de Benasque también hay paseantes o raquetistas, aunque estas áreas se evalúen como terreno simple. El mapa incluye los refugios de La Renclusa y Cap de Llauset (el más alto del Pirineo), muy frecuentados, de forma que se cubre a más usuarios potenciales. La idea es testar su uso y en función de él ir elaborando cartografías de otras zonas.  

El centro Alurte de Canfranc también va a publicar una cartografía para los valles de Astún y Candanchú que puedan consultar en su web los montañeros. La realizaron en 2016 la nivóloga Rocío Hurtado y el ingeniero Pablo Huelin, por encargo del Ayuntamiento de Canfranc, aunque todavía no se ha difundido. "Se basa en parámetros del terreno que no varían, como sí lo hacen las condiciones de la nieve", aclara la nivóloga.

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