Los glaciares pirenaicos acusan uno de sus peores veranos con máximas de 18 grados a 3.000 metros

La estación meteorológica del Aneto confirma que casi no hubo noches por debajo de cero grados.

Desprendimiento desde el pico Coronas ocurrido el 21 de agosto.
Desprendimiento desde el pico Coronas ocurrido el 21 de agosto.
Daniel Orte

El verano que acaba de quedar atrás, caracterizado por las altas temperaturas, ha pasado factura a los glaciares en mayor medida que en otras épocas estivales, ya que la temprana fusión de la capa de nieve ha dejado el hielo más expuesto. El fenómeno ha sido especialmente visible en el del Aneto, considerado el coloso de las masas de hielo del Pirineo y que con sus 60 hectáreas encabeza el ranquin de toda la cordillera, tanto en España como en Francia.

Luis Cáncer, profesor universitario de Geografía Física e investigador del Monumento Natural de los Glaciares del Pirineo, afirma que el verano de 2017 está entre "los peores" desde que se hace un seguimiento. Los meses de mayo y junio fueron enormemente calurosos, con temperaturas de 3 grados e incluso más por encima de la media, mientras que julio y agosto mantuvieron la tendencia, aunque con menos variaciones respecto a lo habitual.

"Esto ha provocado que la fusión de la capa de nieve que recubre el hielo glaciar se haya acelerado, de manera que si otros años en julio todavía quedaba nieve que lo cubría, este año ya había muchas partes donde directamente afloraba el hielo. Entonces, la fusión es directamente del hielo, no de la nieve, algo muy negativo", explica.

Los datos recogidos en el mes de septiembre por los científicos han constatado lo que ya era una evidencia para los montañeros que durante el verano cruzaban los glaciares de camino a las cumbres pirenaicas. La estación meteorológica del Aneto, la situada a mayor cota (3.050 metros), llegó a registrar temperaturas máximas de 17-18 grados, "que para esa altitud son muy elevadas", afirma Cáncer. Otro dato igual de relevante es que casi no hubo noches con heladas, por debajo de cero grados, durante el verano, lo que significa "una fusión glaciar durante muchos días, prácticamente todo el verano". Añade que el periodo de temperaturas altas es bastante largo, "desde mayo a casi todo agosto".

De momento, el glaciar del Aneto no se ha fragmentado, "pero cada año que pasa nos acercamos más a esa situación, que posiblemente ocurrirá en no mucho tiempo, aunque no me atrevo a lanzar una previsión".

El calentamiento también provoca mayores desprendimientos al alterar el permafrost, la capa de suelo helada. Se ha constatado en el Aneto pero también en el glaciar de Infiernos y en otras zonas. Cáncer recuerda que la alta montaña se caracteriza por la gran cantidad de material rocoso suelto, donde el hielo actúa como un pegamento.

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