Alberto Ayora: "El currículo de los monitores que van a la montaña con niños es manifiestamente mejorable"

Alberto Ayora, experto en riesgo, interviene mañana en las II Jornadas Derecho y Montaña para hablar de la seguridad en las actividades con jóvenes y menores.

Alberto Ayora es responsable del comité de seguridad de la Fedme.
Alberto Ayora: "El currículo de los monitores que van a la montaña con niños es manifiestamente mejorable"

Jaca acoge desde hoy las II Jornada Derecho y Montaña organizadas por el colegio de Abogados de Huesca, centradas este año en

analizar la seguridad de las actividades con jóvenes y menores, con el recuerdo puesto en el accidente mortal sufrido por una chica de 15 años en Añisclo. Uno de los ponentes es Alberto Ayora, coronel del Ejército y responsable del comité de seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (Fedme). Ha escrito libros sobre la gestión del riesgo en el medio natural, avalados por la experiencia que le da haber sido responsable de instrucción en la Escuela Militar de Montaña de Jaca y por su participación en expediciones internacionales. Pone voz a los que reclaman la creación de un observatorio para el estudio de los accidentes que sirva para planificar políticas preventivas.


La Guardia Civil ha rescatado este verano a 520 personas, entre ellas 234 heridas y 20 fallecidas. Cada año hay más accidentes. ¿Es un fenómeno imparable?

Cada vez sale más gente a la montaña y obviamente hay más rescates. Deberíamos diferenciar entre accidentes y hechos que acaecen en la montaña (infartos, esguinces...) para tener claro con qué tipo de sucesos se puede trabajar desde la prevención.


¿Qué medios sería necesario poner en marcha que ahora no se están empleando?

En las actividades juveniles e infantiles hay un margen de mejora amplio desde el punto de vista de la formación de los monitores. El currículo de los que van con niños a la alta montaña es manifiestamente mejorable. Por otro lado, creo que Aragón tiene que vender la imagen de seguridad. ¿Ha visto algún cartel de prevención en la montaña aragonesa? Falta cultura de seguridad. Si la hubiera, la gente tomaría sus propias decisiones. Por encima de todo, necesitamos es que alguien estudie de verdad lo que está sucediendo en el Pirineo.


¿Existen colectivos especialmente vulnerables?

Los menores, porque nos exigen un mayor nivel de precaución. Pero también aquellos que no tienen la debida preparación: personas con una vida urbanita que de repente acceden a la montaña; gente que va a las estaciones de esquí sin estar concienciada de que no deja de ser una alta montaña invernal; quien entra en los barrancos sin formación...


En las jornadas Derecho y Montaña, va a hablar de las actividades con jóvenes y menores, exponiendo casos prácticos. ¿Hay alguno especialmente ejemplarizante?

Uno es el de un niño que falleció por hipotermina en Monte Perdido en 2008. Iba con un club y se cayó en una rimaya (grieta). También hablaré de la muerte del niño autista perdido en Gistaín.


¿Y existe alguna característica común?

La falta de preparación de los monitores. Hay determinadas actividades con menores en alta montaña en las que tienen que ir como mínimo con un técnico. Curiosamente, un monitor de tiempo libre puede llevar a un grupo de niños y meterse en el cañón de Añisclo o en Monte Perdido. Sin embargo, un técnico deportivo de media montaña tiene más restringida la actividad en alta montaña. Es una paradoja. Debe haber voluntarios, pero tienen que adaptar las actividades a su preparación. Si eres monitor de tiempo libre, favorece unas actividades donde lo tienes que hacer. Si quieres ir a Monte Perdido, recurre a un guía.


El modelo de Aragón es ejemplar. Aquí se hace el mejor rescate cuando el accidente ya se ha producido. Pero, ¿y antes? ¿se ponen los medios suficientes para que el helicóptero no tenga que salir?

No, es la asignatura pendiente. Tenemos un modelo paliativo pero no preventivo. Hay que ir más allá de la campaña Montaña Segura. Esta ha representado un gran avance pero no nos podemos dormir en los laureles. Echo en falta la coordinación del Gobierno de Aragón para aglutinar todas las iniciativas. Se hacen proyectos con cargo a programas transfronterizos que luego se abandonan. Tenemos un centro como Alurte, nacido con una vocación clara de ser referencia de prevención de riesgos. Disponemos de un territorio constituido prácticamente por montañas y los políticos necesitan especialistas que les ayuden a tomar decisiones. Se ve el potencial del turismo pero no se ve a la vez la necesidad de prevención.


Quiere decir que siendo una zona turística de montaña, habría que ofrecer seguridad.

Debería ser casi una marca turística, en vías ferratas, senderos, circuitos de bicis, itinerarios de esquí... Hay cañones con gran afluencia donde nadie revisa las instalaciones. Son las mismas empresas de turismo activo las que lo hacen. Hay tanto trabajo que se podría hacer bien...


¿Cuando se produce un accidente, se investiga el porqué y se extraen conclusiones? La FAMy la Fedme abogan por un observatorio que los estudie.

Hay grandes aludes que no producen víctimas y que nadie analiza, y estamos viendo continuamente problemas con campamentos desalojados. Da la sensación de que nos movemos a impulsos.

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