Graus despide una "complicada" campaña de trufa fresca con precios de hasta 900 €/kg

La Asociación de Truficultores quiere popularizar el consumo del producto y se plantea crear un punto de venta fijo, ya que el mercado solo abre los sábados.

Animación en la última sesión del mercado de la trufa, en torno a las tapas de Las Torres.
Animación en la última sesión del mercado de la trufa, en torno a las tapas de Las Torres.
Rafael Gobantes

El mercado de la trufa fresca de Graus vivió anoche su última sesión con la que prácticamente se da por concluida la temporada de este apreciado hongo, que se cerrará oficialmente el martes. La animación que ha marcado todos los días de apertura del mercado grausino volvió a acompañar anoche el desarrollo de la última edición en esta temporada 2015-2016 que desde el sector califican como "extraña y complicada". De hecho, ha estado marcada por la escasez de lluvias en las primeras semanas y por unas desfavorables condiciones climáticas que la han condicionado desde el inicio. El mercado grausino ofrecía escasas trufas, con un apreciable aroma y con una cotización que, en la venta al detalle, se movió entre los 850 y los 900 euros el kilo.


Sin embargo, como reconocía el presidente de la Asociación de Truficultores de Aragón, José Vicente Girón, este postrer tramo de la campaña ha sido "difícil" por la escasez de producto que ha hecho a los productores ir "con la lengua afuera" para poder cumplir con la demanda existente. "Casi podríamos hablar de la inexistencia de trufas desde hace ya dos o tres semanas porque las altas temperaturas han adelantado prácticamente el final de la temporada", señala Girón, quien reconoce que, en líneas generales, ha sido "bastante floja" en cuanto a la cantidad de producto. De este modo, se han cumplido las previsiones poco halagüeñas que hubo desde el inicio.


"Las lluvias caídas en enero dieron un respiro y, aunque solo aumentaron ligeramente la cantidad, contribuyeron a mejorar sensiblemente la calidad de la trufa ofertada, pero salíamos de un verano muy cálido y un otoño seco que mermaron sensiblemente la producción", explica el presidente de los truficultores aragoneses. Una valoración similar hace Héctor Vilas, uno de los jóvenes truferos que garantizan el recambio generacional en el sector. Vilas abunda en que se ha tratado de una temporada "complicada, pero con trufa de mucha calidad" y subraya que se han batido récords en las cotizaciones del producto. Apunta que hay que valorar el buen papel de las plantaciones consolidadas durante toda la temporada pero, aún así, señala que este año se ha recolectado en ellas un 30% menos que en la anterior campaña, "ya que la climatología adversa y las altas temperaturas de septiembre, octubre y noviembre fastidiaron bastante la producción".


El trufero insiste en la necesidad de contar con un buen regadío en las plantaciones de truficultura para garantizar en el futuro las cosechas máxime cuando –explica– el incremento de temperaturas medias que se está viviendo en los últimos años "es muy negativo para el desarrollo de la trufa".


También para el cocinero Javier Turmo, uno de los mayores expertos nacionales en la elaboración del producto, ha sido una temporada de escasa producción aunque de buena calidad del producto. Turmo, que es además truficultor, destaca el cada vez mayor interés que despierta el mundo de la trufa y sus aplicaciones gastronómicas, el incremento de su demanda y el repunte de las plantaciones truferas en la zona. Ante esta situación, se plantea si la oferta de un mercado semanal no se queda ya un poco corta. "Viene bastante gente entre semana preguntando por la posibilidad de comprar trufas y a lo mejor sería interesante habilitar algún espacio para poder ofrecerlas de forma habitual", comenta.


Algo en lo que están trabajando desde la Asociación de Truficultores pero que esperan sacar adelante cuando las plantaciones de truficultura garanticen una oferta estable del producto. De momento, la apuesta es por democratizar el acceso a la trufa y conseguir que su consumo llegue al máximo número de hogares. Por eso, pese a que la escasez de producto ha disparado esta campaña su precio, José Vicente Girón señala que el mercado de la trufa fresca ha intentado por todos los medios contener las cotizaciones en la venta al detalle y recuerda que los lotes puestos a subasta se han negociado con pujas bastante más elevadas.


La propuesta del mercado de la trufa fresca es excelentemente valorada en Graus. Su alcalde, José Antonio Lagüens, entiende que esta posibilidad es "todo un lujo" para la capital ribagorzana y destaca que el sector de la truficultura es un importante motor de desarrollo económico para el territorio y, además, "genera una excelente imagen de la localidad al asociarla a un producto de gran calidad y prestigio".


En el aspecto gastronómico, el restaurante Las Torres de Huesca fue el encargado anoche de ofrecer las habituales degustaciones de tapas que acompañan las sesiones en esta última jornada del mercado grausino de la trufa fresca.


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