Huesca

Ingresa en prisión una cuarta persona por la pelea en el 'Tubo'

El arrestado es el propietario del antiguo bar cantante 'El Tumbao', al que se le responsabiliza de crear un clima de violencia en el local para recuperarlo.

Antiguo bar 'El Tumbao' de Huesca, ahora 'La Luna'.
Antiguo bar 'El Tumbao' de Huesca, ahora 'La Luna'
RAFAEL GOBANTES

El Juzgado de Instrucción número 1 de Huesca ha decretado el ingreso en prisión, por un presunto delito de extorsión, del propietario del antiguo bar cantante 'El Tumbao', a quien responsabiliza de causar un clima continuo de violencia en el entorno del local para tratar de recuperarlo.


El sospechoso, objeto de más investigaciones por otros delitos, fue detenido el pasado sábado en las inmediaciones de establecimiento tras una violenta reyerta que se saldó con cuatro agentes lesionados.


Con este, son ya cuatro los detenidos que ya han ingresado en prisión acusados de atentado, lesiones, extorsión y amenazas, según fuentes policiales.


Esta última detención viene motivada por un giro en la investigación que ha permitido aportar nuevas pruebas de la extorsión a la que, presuntamente, el dueño de 'El Tumbao' sometía a la persona a la que se lo alquiló hace unos meses para que accediera a sus pretensiones y pudiera recuperar su bar.


La espiral de violencia en esta zona de la capital altoaragonesa conocida como 'el Tubo' se alarga ya desde hace varias semanas y que se ha saldado con un hombre de origen ecuatoriano de 43 años que permaneció en coma durante casi un mes y aún se sigue recuperando de sus heridas, después de sufrir una brutal paliza el 21 de julio a manos de un grupo de jóvenes de etnia gitana.


Las tensiones volvieron a reproducirse el pasado sábado, cuando una turba de 30 jóvenes con navajas y botellas hirieron a cuatro agentes de la Policía Nacional y Local.


En total, 19 personas de etnia gitana han sido detenidos en los últimos dos meses por este tipo de reyertas e, incluso, el comisario jefe de Huesca, Enrique Pamies se reunió el pasado lunes con miembros de la comunidad gitana oscense para solicitar su colaboración en poner fin a la espiral de violencia surgida.